¡Pónganse de acuerdo! No hablamos de los políticos, esos ya nos dan igual, nos referimos a los científicos e investigadores que publican unos trabajos que nos desconciertan. Esta semana un equipo de la Universidad de Copenhague ha concluido que una dieta rica en queso podría ser buena para la salud. Además el queso no tiene porque ser bajo en grasas. ¿Alguien se lo cree? Llegan a la conclusión que el comer queso no hace que aumente el colesterol malo, mientras que el bueno se mantiene o aumenta ligeramente. Pero por si fuera poco, también se asevera que el queso ayuda a aumentar las bacterias intestinales que aceleran el metabolismo con lo cual se baja peso. ¡Ver para creer! Toda la vida pensando que el queso había que tomarlo con precaución, sobre todo los grasos, y ahora resulta que es hasta bueno. ¿Qué toca ahora? ¿Pegarnos un atracón de quesos curados, gruyere, Idiazabal, Roquefort... hasta recuperar el tiempo perdido? La verdad es que no sería mala idea, pero cuidado ¿no será que este estudio está financiado por la industria quesera danesa? Al final te hacen pensar mal. Como siempre los que no tenemos ni idea de medicina o de nutrición estamos "vendidos", ¿a quién creer? No estaría de más que cuando se publicaran estas investigaciones se dijera quién hay detrás de ellas, si es que hay alguien. Cualquier día nos podrían decir que la panceta no engorda, o que se pueden comer tres huevos al día sin problemas, o que las bebidas-refrescos azucarados son buenos para el colesterol... Cuando se hable de temas de nutrición debemos exigir rigor y credibilidad.
Donde no hay trampa ni cartón es en la receta que hoy os proponemos, unos espaguetis con pollo y gambas con un toque de restaurante chino. Buenísimos.
Ingredientes: Espaguetis, pechuga de pollo, gambas, cebolla tierna, pimiento rojo, pimiento verde, un ajo, una o dos guindillas y salsa de soja.
Primero. Vamos a sofreir en una sartén las gambas con muy poco aceite y con dos guindillas pequeñitas. Lo ideal sería hacerlo en un wok pero como no tenemos utilizamos la sartén de toda la vida. Cuando estén casi hechas las retiramos y en el mismo aceite sofreimos el pollo cortado a tiras con un ajo laminado. Si no queréis que esté muy picante, retirad las guindillas antes de añadir el pollo.
El pollo y el ajo laminado |
Segundo. Mientras el pollo se hace, cortamos las verduras en trozos no muy pequeños, pero no muy grandes. Los pimientos igual. Cuando el pollo ya esté también lo reservamos. Añadimos a la sartén primero la cebolla y pasados unos minutos los trozos de pimiento. Durante todo el tiempo lo vamos removiendo haciéndonos a la idea de que tenemos un wok. El objetivo es que la verdura no quede blanda.
Primero la cebolla |
La verdura no tiene que quedar blanda |
Tercero. Mientras esto sucede, en una cazuela habremos puesto el agua a hervir. La idea es que coincida el final del sofrito con el momento en que la pasta esté en su punto (seguid las instrucciones del fabricante). Así, sin necesidad de enfriar la pasta conseguiremos que todo tenga la misma temperatura.
Nos hemos adelantado un poco |
Cuarto. Volvemos a las verduras, es el momento de añadir las gambas y el pollo. También añadimos dos cucharadas de la salsa de soja. Removemos todo durante un minuto.
La foto está movida porque estamos dando unos meneos a la sartén |
Quinto. Escurrimos la pasta y la volcamos en la sartén. Removemos y servimos. A comer.
Queda algo parecido a esto. En este caso una ración para comer al día siguiente |
Como habéis visto no es nada complicado. El resultado es muy bueno. La clave está en elegir un espagueti que no sea muy grueso, aunque cada uno debe utilizar el que más le guste. Probad novatos.
Hasta la próxima.
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