¡No cabe ni un alma! Tremendo el número de extranjeros que nos han visitado este verano. Una auténtica burrada. Parece que a los turistas, igual que a los nacionales, les importa muy poco la falta de gobierno. Mientras haya sol (y eso aún no depende de la voluntad del Congreso) seguirán viniendo en masa a quemarse en nuestras playas, a beber barato sin importarles lo que se tragan y a comer pseudo-paellas. Hasta ahora el tema estaba controlado pero en los últimos meses comienza a haber problemas para clavar la sombrilla en la arena, a los jubilados les ha salido competencia y por mucho que madruguen ya hay alguien que les ha ocupado “su” primera línea de playa. ¡Pero cómo se atreven! ¡Sacrilegio! En muchas localidades las autoridades han tenido que poner orden prohibiendo la entrada a la playa con las sillas, tumbonas… hasta que no den las nueve de la mañana. Además se mide con metro, no a ojo, la distancia mínima que se debe mantener entre las sombrillas y la orilla del mar. Si la cosa sigue así que a nadie le extrañe que el próximo verano nos encontremos con playas en las que haya que pagar para poder entrar. Eso sí, los ayuntamientos dirán que es una medida para prevenir accidentes, tumultos, para mejorar los servicios, etc. Y lo que es peor, la gente tragará. ¿No hemos “aceptado” e incluso ya vemos normal la zona azul para aparcar, los copagos sanitarios, las tasas judiciales, el impuesto al sol (a la energía solar)…? “Cocina para novatos” tiene claro que cuando un Ayuntamiento de el primer paso y haga pagar por entrar en una playa serán multitud los que le imitaran. Ojala nos equivoquemos, pero el rumor ha comenzado a circular.
Pues por si acaso, vamos a empezar a ahorrar, para ello reciclaremos una pechuga de pollo asado y la convertiremos en unas magníficas croquetas de pollo a l'ast.
Ingredientes: Pollo a l'ast sobrado (en este caso la pechuga), cebolla, harina maicena, jamón, nata ligera de cocina, pan rallado y huevo.
Primero. Si queréis que las croquetas tengan verdadero sabor a pollo a l'ast utilizamos para sofreir la cebolla troceada el propio aceite-grasa que venía con el pollo. Mientras la cebolla se va haciendo poco a poco, cortamos el pollo en trozos pequeños (a gusto del consumidor).
La cebolla friéndose con el aceite del pollo |
La pechuga del pollo |
El pollo troceado |
Segundo. Cuando la cebolla esté casi transparente, añadimos los taquitos de jamón y poco después la cucharada de maicena. Damos unas vueltas para que se haga una pastita. En esta ocasión como teníamos más "caldo" del pollo a l'ast, también lo hemos añadido. Quedarán muy fuertes, lo sabemos. Pero estarán buenas.
Añadimos la harina y damos unas vueltas. |
La cebolla y el jamón |
Tercero. Es el momento de añadir la nata de cocinar y el pollo troceado. A dar vueltas sin parar. Ahora es cuando debéis sacar partido a las muchas horas de gimnasio.
También podríais usar leche normal y corriente |
Remover y remover sin parar |
Cuarto. Cuando la pasta quede suficientemente sólida y manejable la retiramos del fuego y esperamos a que se enfríe, si es posible en la nevera, así luego será mucho más fácil de moldear.
Ya se podría comer sin problemas |
Quinto. Unas horas en el frigorífico y empezamos a trabajar la plastilina. El resultado final dependerá de vuestra habilidad. Ponemos a calentar el aceite. Mientras batimos un huevo. El sistema es: pasar las croquetas por el huevo, luego por el pan rallado, luego al fuego y luego dejar que pierdan el aceite sobrante sobre un papel de cocina.
Las croquetas ya parecen algo |
Aceite de oliva o de semillas, a vuestro gusto |
El resultado final son unas croquetas con sabor a pollo a l'ast, un sabor fuerte que encanta a todo el mundo. Probadlas están de muerte.
No sobró ni una |
Hasta la próxima.
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