Ya está, ya hay otro producto en la lista de malos-malotes: las bebidas azucaradas. Estaba claro que estas bebidas contienen un elevadísimo nivel de azúcar. Para saber eso no hacía falta muchos estudios o informes de la OMS sólo hay que ver el nivel de obesidad tan exagerado que se da en los países en los que su consumo está súper-extendido, evidentemente estamos hablando de los EEUU. Pues bien, como no, ¿cuál es la medida que adoptan los gobiernos para mejorar la salud de la población?. Efectivamente: subir a lo bestia los impuestos que gravan estas bebidas. No se trata de concienciar a los consumidores, de hacerles ver lo perjudicial que es su consumo abusivo para el cuerpo , no, eso no, no sea que se vayan a enfadar las multinacionales que controlan estos productos. Al final lo más fácil es que valgan más así a lo mejor la gente se lo piensa y no consume. ¿Pero alguien se cree que por que una lata de Coca-cola, o de Fanta, o de Sweeps, o... cueste 5 ó 10 centimos más va a bajar su consumo?. Seguramente el primer día o el segundo se note algo, pero a la larga la gente a la que le gustan estas bebidas seguirá consumiéndolas, el Estado recaudará más, a las multinacionales ni tocarlas y todos tan contentos. La pregunta es sencilla. En estas latas o botellas se añadirán fotos de gente obesa y dentaduras podridas. Ya veréis como a tanto no se atreven. Como tampoco se atreverán a justificar el aumento de la gasolina diciendo que así la gente no cogerá el coche por lo que habrá menos accidentes de tráfico.
A ver quién es el guapo que ve esta imagen en una lata de refresco y se la bebe tan tranquilo |
Lo que no produce obesidad, o eso queremos pensar es la receta de hoy, el codillo al horno. Ingredientes: Codillo de cerdo (Dependiendo del acompañamiento que preparéis, si sois poco comedores: uno para dos personas, si os va la carne, uno persona. Nosotros en esta ocasión preparamos tres para cuatro personas y quedamos bien. Cada uno pesaba sobre 1/2 kilo, pero no os engañéis, tienen mucho hueso)
Primero. El día antes preparamos los codillos con aceite, hierbas, laurel y ajo. Lo "frotamos" por la carne, tapamos con un papel film y a la nevera.
Romero, tomillo, lo que tengáis a mano |
Segundo. Calentamos el horno a 250º. Ponemos los codillos 25 minutos. Pasado este tiempo les damos la vuelta y los dejamos otros 25 minutos. Esta receta no lleva ningún tipo de acompañamiento, cada uno después que lo sirva con patatas, verduras o lo que quiera. Lo único que hemos hecho es pasarlos a una fuente más grande y preparar una mezcla de agua con vinagre (un 10% de vinagre) que iremos añadiendo para que el codillo no se seque.
Pasados los primeros 25 minutos |
Pasados los primeros 50 minutos |
Segundo. Bajamos el fuego a 190º. Regamos la carne con el agua y el vinagre y la dejamos 25 minutos más. Pasado este tiempo le damos la vuelta y lo dejamos otros 25 minutos. Cada vez que le damos la vuelta podemos echar agua/vinagre. Mirad si la carne ya está tierna y a comer, si creéis que le falta un poco, pues un ratito más, no pasa nada.
Todavía le falta una media hora |
Tercero. Servir y comer. En esta ocasión lo acompañamos de patatas fritas. Exito total. Probadlo y ya me contáis. Para lo fácil que es y lo económico que resulta, vais a quedar como señores.
Hasta la próxima.
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