Otro bocazas que se apunta a la moda de comparar a España con los países ricos de nuestro entorno, eso sí, sólo en lo que le conviene. A principio de la semana pasada asistimos estupefactos a otra sesión estrambótica en el Congreso de los Diputados el día en que se hacía público el presupuesto del Parlamento, (nada, tan sólo 73 millones de euros). Pues bien, un diputado de la bancada socialista, uno de esos que participó en el acoso y derribo de su secretario general, no tuvo otra genial idea para justificar el gasto de esta millonada en afirmar que aquí sólo supone 3 euros por persona y año, mientras que en Francia y Alemania es mucho más. O sea, que para él no hay motivo para quejarse, mejor dicho, aún tendríamos que agradecerles que gastaran tan poco en coches oficiales, viajes, dietas, taxis, celebraciones, etc, etc. Pues bien, a “Cocina para novatos” le gustaría que cuando se afirmara sin ningún pudor que en Francia, Inglaterra o Alemania las cosas son más caras, también se dijera cuál es el sueldo medio en estos países, o qué tasa de paro soportan, o cuál es la calidad de sus servicios sociales, o cuál es la ratio de alumnos por aula, o qué tiempo de lista de espera tienen que aguanta para una intervención quirúrgica. En nuestro “campo” de la comida tampoco hay duda que comer en un restaurante en un país europeo es más caro que hacerlo en España, pero lo mismo que hemos dicho antes: que nos den sus sueldos y ya hablaremos. Además que sepan estos fácil-comparadores que en los supermercados, los productos llamados básicos, están a precios muy similares a los que pagamos en España. Cuando en un país la corrupción es comparada por los Organismos Internacionales con la de las exrepúblicas soviéticas, cuidadín que ya está bien de engañarnos.
Por menos de tres euros, de lo que según dicen nos cuesta de gasto mantener el Congreso (no se incluyen sueldos) vamos a preparar unos guisantes con jamón que quitan el hipo.
Ingredientes: Guisantes congelados (si los tenéis frescos mejor, pero va a ser que no), taquitos de jamón, tomate y cebolla. O sea, más o menos lo de siempre.
Primero. Este plato es tan fácil de preparar que con sólo ver las fotos habría más que suficiente. Como veis, cortamos la cebolla y la ponemos a sofreir a fuego lento, mientras en una olla ponemos agua a calentar.
Segundo. Cuando la cebolla ya esté en su punto, o sea blandita, añadimos el jamón, unas vueltas y podemos echar ya el tomate. Dejamos todo cocer unos 10 minutos. Esto lo hacemos sin perder de vista el agua, cuando comience a hervir ponemos los guisantes.
Tercero. Ya está. Colamos los guisantes y los añadimos al tomate, damos un buen meneo para que todo se mezcle y los dejamos unos cinco minutos a fuego lento. Es un acompañamiento perfecto a cualquier carne.
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