¡Stop a las modas ! Lleva tiempo y parece que aún le queda vida. No estamos hablando de ningún octogenario, nos referimos a la moda de los gin-tonics. "Cocina para novatos" nunca habría podido pensar que un combinado tan simple, en esencia únicamente ginebra y tónica, diera tanto de sí. Sus seguidores han adquirido la condición de fanáticos religiosos, saben de marcas de ginebra, de sus tipos, de sus sabores e incluso de los colores. Hablan de la tónica con mucha soltura y suficiencia aunque realmente no tienen ni idea de su composición. Se atreven a discutir sobre qué cítrico es el mejor para acompañarla, qué vaso es el más idóneo e incluso llegan a afirmar que el sabor de un gin-tonic gana mucho si se utilizan serpentines o cucharas trenzadas para añadir la tónica. Se venden kits completos que incluyen desde rayadores de limón (o lima) hasta, botecitos con seis o siete pimientas diferentes. Ojo, señores que mañana es el día del padre y es uno de los regalos que más se está vendiendo (siempre será mejor que una corbata). Se publican libros y ¡además se venden! que lo explican todo convirtiéndose en verdaderas biblias para sus "creyentes". Ya llevamos años así y la cosa parece que no tiene fin. Nosostros nos preguntamos, cómo surgió esta moda, quién la impulsó, realmente obedece a los gustos de la gente o se trata de otra gran campaña orquestada por las multinacionales de las bebidas. Desde aquí nos solidarizamos con el vodka con limón, el ron con cola y el whisky con naranja, ¡ánimo chavales, no os desmoralicéis, seguro que volverán tiempos mejores!.
Donde no pasan las modas es en el arroz caldoso. Un auténtico manjar se mire por donde se mire. Hoy vamos a prepararlo con pollo y costilla de cerdo. Fácil, pero exquisito.
Ingredientes. No habría ya que ni ponerlos, pero vamos a ello: Arroz, pollo (una ala, un muslo y contramuslo), 6 ó 7 trozos de costilla, tomate rayado, pimiento rojo o verde, guisantes, judías verdes, alcachofas y en esta ocasión también añadimos unos tirabeques.
Primero. La clave del éxito está en el sofrito. Ahí reside el éxito o fracaso del plato. La carne debe estar hecha, sin prisas, pero que no quede cruda.
La carne acabada de poner al fuego |
El pollo y la costilla ya están cogiendo color |
Segundo. Mientras se sofríe el pollo y la costilla preparamos la verdura. Limpiamos bien la alcachofa y la ponemos con agua y unas gotas de limón para que no pierda color.
Faltan los tirabeques. Olvido del fotógrafo |
La alcachofa está cortada a cuartos |
Tercero. Cuando la carne está al punto añadimos la verdura y el tomate. Primero el pimiento y el ajo y después las judías y los guisantes. Esperamos unos minutos a que los ingredientes se "compenetren" antes de añadir el agua y el colorante. El agua debe estar a temperatura ambiente, no hace falta calentarla.
Cuarto. Paciencia. Que todo hierva entre veinte minutos y media hora. Mientras podéis ir a ver la tele.
Aquí ya se ven los tirabeques antes de arrancar a hervir |
Quinto. Echamos el arroz. No hay que pasarse con la cantidad, no estamos haciendo paella. Dependiendo del tipo de grano tardará unos minutos más o menos, seguid las indicaciones del fabricante, aunque es mucho mejor ir probando cada ratito. No interesa que esté "pasado", blando. Por lo que es conveniente que unos minutos antes se apague el fuego y se acabe de cocer sólo con el calor.
El resultado final |
Ya sabéis, atreveos, es muy fácil y quedaréis como señores.
Hasta la próxima. Feliz día del padre.(Si podéis, salid mañana a comer por ahí).
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