lunes, 7 de marzo de 2016

Salteado de gambas con ajetes y alcachofas

¿Qué pasa con las cabezas del pulpo? Esta pregunta parece una tontería y, efectivamente lo es. Aunque si nos paramos a pensar nadie ha sido capaz de responderla. Cuando vais a un bar y pedís pulpo a la gallega ¿os ponen la cabeza?. Verdad que no. Y entonces, qué se hace con ella. Imaginad los miles y miles de raciones de pulpo a la gallega que se sirven en España en un día: raciones, tapas o platos con las patas del cefalópodo cortaditas con su pimentón un poco de sal  y su chorro de aceite. Pero entonces, dónde están las cabezas, ¿existe un mercado negro? ¿desaparece al hervirla?, ¿simplemente se separa y se tira?, ¿se aprovecha para otros platos?, ¿se utiliza en cosmética?, ... sea como sea, vamos a averiguarlo, porque sólo faltaría que fuera un manjar y nos lo estuviéramos perdiendo.

Menudo cabezón, como para tirarlo

El misterio que ya ha sido desvelado es el de las patas de los pollos. Desde hace años la Unión Europea ha prohibido su venta en Europa, y eso que para muchos era un producto que tenía la condición de delicatessen. Con este medida, si alguien quiere comerlas tendrá que cuidar sus propios pollos o gallinas y después matarlos sin que se entere la Merkel. Pero ojo, que nadie vaya a pensar que tiran a la basura y punto. ¡Error!. Se congelan y se envían a China, sí a China donde están consideradas una auténtica exquisitez. Sólo un dato, al año allí se consumen nada más y nada menos que 500.000 toneladas. Preocupante, no el número, sino que si son malas para los europeos, ¿por qué son buenas para los chinos? ¿Nos vuelven a engañar a nosotros, o engañamos nosotros?

Qué monas, todas envasaditas

Una receta que no tiene ningún misterio es la que hoy vamos a preparar: un salteado de gambas con ajetes y alcachofas. Lo simple es bello.

Ingredientes: Gambas peladas congeladas (hay que descongelarlas evidentemente), cuatro alcachofas (si son tres no pasa nada), ajetes (ajos tiernos) y un poquito de jamón. 




Primero. Limpiamos las alcachofas, las cortamos y las ponemos en un bol con agua, limón y perejil para que no se oxiden. Luego limpiamos los ajos quitando la última "capa". 





Segundo. Comenzamos a sofreir la alcachofa, a fuego lento. No hay prisa. Aprovechamos para hacer otras cosas. Una vez  la alcachofa esté medio hecha, añadimos los ajetes cortaditos. Seguimos esperando. No hay prisa.

Hay que escurrirla bien antes de echarla al aceite

Los ajetes le dan un gran sabor al plato
Tercero. Cuando veamos que la verdura ya está casi en su punto, añadimos las gambas, que ya se habrán descongelado del todo y unos taquitos de jamón que habían por la nevera desde hace unos días dando vueltas. En unos pocos minutos y un par de "meneos" ya tenemos el plato preparado. Sencillo y a la vez exquisito.


Como siempre, mejor el sabor que el aspecto
Bueno, ahora que ya han pasado las fiestas, a ver si os animáis y comenzáis a cocinar, que no es tan difícil. Después de lo que habréis comido por ahí, de caseta en caseta, algo natural y con verdurita os sentará genial.

Hasta la próxima.

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