¡Viva la fiesta! Si Sevilla tiene su Feria de abril, Tenerife y Cádiz su Carnaval y Pamplona su San Fermín, Valencia no se queda atrás con sus Fallas. Da igual que la Unesco no las declare Patrimonio inmaterial de la humanidad, qué más da, la gente seguirá acudiendo año tras año en masa para vivir la fiesta más "barroca" y colorida del planeta. Todo es exageración, ruido, pólvora, fuegos artificiales, ofrendas, conciertos,... y comer, pero no creáis que se come paella, no. Lo que más abunda son las churrerías. Sí, los churros y los buñuelos de calabaza. En cada esquina encontraréis una churrería y a gente haciendo cola para comprar. No paran. No es la fiesta del fuego, es la fiesta del colesterol. Aceites fritos y refritos (no esperéis encontrar aceite de oliva virgen), churros, porras, buñuelos, chocolate... todo ligero. Pero que más da, un día es un día. La pregunta es, si tanto les gustan los churros ¿por qué no los comen el resto del año? ¿por qué unas comidas están siempre tan limitadas a unos días del año?. Por ejemplo: quién come turrón más allá de Navidad, o quién come gazpacho en invierno, torrijas en otoño, castañas asadas en verano, helados en diciembre... si ahora, en este mundo global en el que vivimos, podemos encontrar cualquier tipo de frutas y verduras en todas las estaciones y durante casi todo el año gracias al aire acondicionado tenemos los hogares a la misma temperatura, por qué seguimos comiendo unos determinados alimentos tan sólo en unas fechas señaladas.
Aunque el precio que haya que pagar por ver las fallas es regresar a casa oliendo a croqueta, el sacrificio vale la pena. Os dejo algunas muestras.
Sin palabras, ni en la vida real, ni en Fallas |
Los churros van que vuelan. Exito total |
Tremendo plato también es el que hoy os proponemos. Unas habitas acompañadas entre otros de panceta y ajos tiernos. ¡Para tirar cohetes!. Los ingredientes a utilizar son los que veis en la imagen, nada difícil de encontrar: Cebollas, tomate, taquitos de jamón, panceta, una morcilla de cebolla, vino blanco y las habitas. Los ajos tiernos no quisieron salir en la foto.
Qué bien posan para la foto |
Primero. Las habitas las prepararemos al vapor. Se sacan de la bolsa y se ponen en la vaporera, sin no tenéis las hervís y ya está.
Parece ser que si se hacen así mantienen mejor sus propiedades |
Segundo. Cortamos la panceta a tacos y la sofreímos, cuando esté casi hecha añadimos la cebolla. Una vez todo frito, lo reservamos para después.
Este aceite no es "refrito" |
Reservamos, es decir apartamos a un lado |
Tercero. En el mismo aceite que se ha sofrito la panceta, añadimos la cebolla cortada a trocitos y los ajos tiernos que también habremos cortado al tamaño, más o menos de las habitas. Esperamos unos minutos a que se sofría la verdura antes de echar los taquitos de jamón.
Cuarto. Es el momento de añadir el tomate y los trozos de panceta que habíamos reservado. Unos minutos y ya podemos echar las habas, junto a estas un chorro de vino blanco y dejamos que se evapore el alcohol.
Aún falta que pasen varios minutos. Pero el resultado es algo parecido |
No es que el plato sea muy ligero, pero al tener las habas no se hace demasiado pesado. Probadlo y veréis como os gusta. Si todavía no os atrevéis, no pasa nada, en la sección de refrigerados encontraréis platos precocinados que están muy buenos. Además, ahora en casi todos los súpers venden sanwichs preparados baratísimos. De hambre no os tenéis que morir.
Hasta la próxima.
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