viernes, 27 de mayo de 2016

Tarta de fresas y chocolate

No huele a nada. Ayer vimos en el supermercado unas nectarinas con una pinta estupenda y no nos pudimos resistir. Al final: decepción total. Insípidas desde el primero hasta el último bocado algo que ya preveíamos al comprobar que no olían a nada, nada, pero que a nada. Hoy hemos comprado melocotones y desgraciadamente más de lo mismo. Ni sabor, ni olor. ¿Tan difícil es encontrar buena fruta? ¿Cómo es posible que no tenga aroma?. La solución la encontramos varios pasillos más adelante, en la zona de los productos de cosmética e higiene. Los champús, cremas, geles y perfumes han robado todos los perfumes de la naturaleza de tal modo que si un niño quiere conocer cómo huele un melocotón tendrá que ir a la perfumería y abrir un champú con el aroma a esta fruta, si quiere descubrir la fragancia de la piña buscará un acondicionador con aroma a piña natural, si no sabe cuál es el auténtico olor de la manzana acudirá al gel con perfume de manzana verde. Si los químicos han sido capaces de conseguir que estos productos huelan a frutas no es de extrañar que en los próximos años se añadan a las frutas que se comercializan habitualmente en los supermercados aromas para que vuelvan a tener olor, y no os extrañe que como novedad consigan una pera con olor a plátano. Al tiempo. Sólo hay que darles ideas. 

Como postres no hemos preparado muchos, hoy vamos a elaborar una tarta de fresas con crema pastelera y chocolate. Parece difícil pero no tiene ninguna complicación. El resultado os encantará.

Ingredientes: Lámina de hojaldre, fresas, chocolates y crema pastelera (tres yemas, azúcar, harina maizena y leche).
Los ingredientes de la crema pastelera

Primero. Preparamos la crema pastelera. Si no sois puristas, y como estáis leyendo este blog, está claro que no lo sois, deciros que existen muchas maneras de elaborarla. Nosotros optamos por la más fácil: el microondas. Necesitamos medio litro de leche, tres yemas de huevos, una taza de harina y la misma cantidad de azúcar.

Lo primero, remover el azúcar y la harina. Cuando están mezclados añadimos las yemas, lo trabajamos todo y después echamos la leche. De ahí al microondas a máxima potencia durante tres minutos. 
Pasado ese tiempo la sacamos, todavía estará líquida. Le damos más vueltas con el batidor manual y otra vez al microondas. Tres minutos más a máxima potencia y volvemos a batir. Si aún no está muy espesa (tened en cuenta que luego en la nevera y con reposo espesará más), la volvemos a llevar al microondas y repetimos la acción hasta que creamos conveniente.


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Segundo. Ya tenemos la crema pastelera preparada. Cuando enfríe la ponemos en el frigorífico tapada con un papel film. Ya la usaremos después. Ahora lo que toca es preparar la base de la tarta. Hoy nos hemos decantado por una lámina de hojaldre. La ponemos en una plancha de horno y le damos unos pinchazos con un tenedor para que no suba mucho. Usando un rayador normal y corriente, rayamos unos cuadros de chocolate. En esta ocasión hemos mezclado chocolate negro con chocolate sin leche. Cubrimos con el chocolate todo el hojaldre y lo llevamos al horno; entre 16 ó 17 minutos a 200º serán suficientes.




Unos minutos al horno y...

La foto no hace justicia al sabor. Ya está bueno.

Tercero. Cuado el hojaldre ya se haya enfriado, con cuidado cubrimos con crema pastelera toda la superficie. Luego cortamos las fresas y las ponemos sobre la crema. Al frigo y a comer. Si no tenéis fresas a mano, utilizad cualquier fruta: kiwi, plátano, frutas del bosque...

Era la segunda tarta que hacíamos por eso nos quedó escasa de crema pastelera,
 pero os podeis hacer una idea del resultado final

Espero que os haya gustado. Más fácil de preparar es casi imposible. Hasta la próxima.



sábado, 21 de mayo de 2016

Carrilleras con salsa de cebolla

¡Sin problemas! Animaros todos, pero todos es todos, a abrir un restaurante, bar, tasca, pub, cafetería... lo que queráis. Si os lo montáis bien y os acude la gente seguramente ganaréis dinero. Pero si tenéis la mala suerte de realizar una inversión de muchos miles de euros y luego no os entra ni el cobrador del frac, no desesperéis: hablad con el gobierno y que éste asuma todas las deudas con vuestros proveedores y con vuestro casero. Vosotros tranquilos a montar un nuevo negocio en otro lugar y tan contentos, a ver si hay más suerte. ¿No os lo creéis? Pues eso es lo que está pasando en España con otros negocios. A saber: el tan "cacareado" proyecto Castor de almacenamiento de gas en el norte de la provincia de Castellón; como se ha tenido que parar, el Estado debe indenmizar a la "constructora". Eso sí, si hubiera dado beneficios se los habrían quedado la empresa y sus accionistas. Y no es un caso aislado. Otro que va a aparecer en TV (o no) en los próximos días es el de las autopistas radiales. Una red de autovías privadas por la que no circula ni el aire y que, vaya casualidad, se construyeron con la condición de que de no ser rentables el Estado debería asumir las pérdidas. Negocio redondo. Si funcionan, el beneficio para la empresa, y si tienen pérdidas que las asuma el Estado. Ojo, pero aún puede ser peor, porque el Gobierno de turno podía negociar con los dueños de las autopistas una quita o una modificación del contrato, pero ahora parece ser que los propietarios, principalmente bancos, quieren venderlas o negociar la deuda con fondos buitre y estos sí que no van a realizar ninguna concesión. Al loro, de aquí unos meses, posiblemente cuando se haya acabado el nuevo proceso electoral, saltará el escándalo, aunque al final quedará reducido a otro tema para las tertulias televisivas.

Donde va a saltar el verdadero escándalo hoy es en vuestra cocina si os atrevéis a preparar este súper-plato. Novatos, no os asustéis, como siempre es facilísimo de preparar: Carrilleras en salsa de cebolla.

Ingredientes: Carrilleras de cerdo. Como buenos "novatos" que sois suponemos que no iréis a la carnicería, así que buscadlas en vuestro supermercado habitual en bandejas ya preparadas de 5 ó 6 piezas, (para que os hagáis una idea, con dos os quedáis llenos). Si no la habéis probado sabed que es una carne melosa que si se prepara bien queda tierna y jugosa. Los otros ingredientes son las cebollas, ajos, laurel, vino blanco, pimienta, sal y aceite.

Primero. Para esta receta utilizaremos la olla rápida o exprés. Ponemos aceite a calentar y cuanto alcance temperatura ponemos las carrilleras que previamente habremos salpimentado. Para que se sellen bien, primero ponemos cuatro y luego el resto. Con la carne ponemos los ajos partidos a trozos grande. Cuando la carne esté dorada, sellada, la reservamos con los ajos.































Segundo. Ya tenemos las carrilleras reservadas. Ahora en el mismo aceite sofreímos la cebolla y el laurel. Sin prisa, que se tome su tiempo. La cebolla debe quedar dorada.

Acabada de echar la cebolla
Ya con el punto adecuado












Tercero. Agregamos la carne y los ajos que teníamos reservados. Damos unos meneos e incorporamos el 1/2 vaso de vino blanco (o algo más). Esperamos a que el alcohol se haya evaporado.

La carne ha vuelto al sofrito

El vino tardará unos minutos en evaporarse
Cuarto. Cerramos la tapa y dejamos que se haga unos veinte minutos. Cuando la podamos abrir, retiramos la carne y las hojas de laurel y trituramos toda la salsa.

Una vez cocinadas quedan así
Trituramos la salsa con una batidora
Quinto. Servimos un par de piezas por persona con una buena ración de salsa. Se recomienda tener el pan cerca.

Este es el resultado final

Un plato súper sencillo de preparar que os dejará ante vuestros invitados como unos fenómenos. Atreveos. 

Hasta la próxima

domingo, 15 de mayo de 2016

Pulpo gratinado

¡Científicos, centraros! Señores investigadores, ingenieros, químicos, matemáticos, intelectuales de diversos pelajes, dejen ya de perder el tiempo en estudios y proyectos que no aportan nada a la historia de la humanidad. De qué vale inventar el medio de transporte que nos traslade de Valencia a Barcelona en tres horas, si ahora mismo se hace ya en tres horas y veinte minutos. ¿Qué se gana con esos 20 minutos, o mejor dicho qué se pierde una persona por ir en el tren 20 minutos más o menos?. Y para qué investigar en cremas antiarrugas para parecer que tienes 70 años cuando realmente tienes 72, o para qué sirve descubrir el material sintético ideal para conseguir que el césped artificial sea cada vez más parecido al natural,o... Lo que realmente interesa, donde se deberían dejar todas las neuronas nuestros científicos es en generar unos productos comestibles que aglutinaran las ventajas de otros muchos. Nos explicamos y damos ideas: Qué es lo mejor del cerdo, -difícil elección porque el animal es todo en sí un placer para el paladar-, pero si hubiera que elegir muchos dirían el jamón. Pues vale, por qué no se investiga un cruce de cienpiés con el cerdo para obtener una raza del tamaño del cerdo actual pero con cien patas. Tremendo. O, el pulpo, qué es lo que más apreciamos: también las patas. Pues que se cree uno con diez o doce, o las que hagan falta. Y de las verduras qué decir. Cuántos sofritos que empleamos en la cocina habitualmente tienen tomate, cebolla, pimiento y ajo. Muchos ¿verdad? pues entonces por qué no se trabaja en crear una súper hortaliza-verdura que reúna en sí todo el sabor y propiedades de las cuatro. Pero si hablamos de las frutas, cuánto camino hay todavía por recorrer. Pensad por un momento en la fruta que más os guste. ¿Ya está?. Pues ahora imaginadla en el formato del plátano: ideal, fácil de transportar, de abrir y consumir, y con tamaño de ración. ¿Alguién da más? Eso sí que sería un adelanto para la humanidad y no que el hombre viaje a Marte. ¡Dejad a los marcianos en paz que ya tienen bastante con lo suyo!

Hoy vamos a preparar un pulpo gratinado de alioli. Espectacular ya veréis.

Ingredientes. Patata, una pata de pulpo cocida, alioli y pimentón.

Primero. Hervimos la patata con la piel o la preparamos al vapor. A vuestro gusto. La troceamos en rodajas o similares y la ponemos en una cazuela para horno.


Se forma una capa de medio centímetro de grosor
La calidad de la patata es
 fundamental,  intentad
encontrar una buena (cosa
difícil si sólo recurrís a lo
 supermercados  tradicionales)
















Segundo. Se corta la pata del pulpo en rodajas. El pulpo lo hemos comprado cocido y congelado. Evidentemente, antes de cortarlo debe descongelarse. Se pone el pulpo sobre el lecho de patatas.

La pata era algo pequeña, a menos tocaremos





















Tercero. El alioli, all i oli, o ajoaceite. Como sabéis se trata de una salsa a base de ajo y aceite a la que en la mayoría de los casos se añade huevo. Es nuestro caso. La preparamos con un diente de ajo, un vaso de aceite de girasol y un huevo. Batimos y ya está. También se puede comprar preparado, da igual. Una vez hecho se reparte por encima del pulpo.

Realmente ya se podría comer pues todos los ingredientes
están cocinados






Cuarto. Espolvoreamos con pimentón, y al horno. Unos minutos a 180 grados, y después 3 ó 4 gratinado y ya está. Magnífico. 


Antes de entrar al horno

Después de salir del horno

Otro día veremos cómo hacer el alioli paso a paso. Esperamos que os guste. Ya sabéis novatos, a cocinar que no es tan difícil.

Hasta la próxima.







domingo, 8 de mayo de 2016

Salteado de sepia con alcachofas y ajetes

¡Por fin una ley coherente!, lástima que no sea en España. En Londres están a punto de aprobar una ley que regule el tema de las propinas en los restaurantes debido a la gran confusión reinante sobre el tema que llegaba a "marear" a los clientes. Estos no sabían si las propinas estaban incluidas en la factura, qué cantidad había que dejar, si iba directamente para el camarero, si se podían pagar con la tarjeta... Además los camareros se quejaban de que no siempre les llegaba a ellos pues muchos de sus jefes eran unos auténticos jetas que se quedaban con el dinero, sobretodo cuando el cliente las pagaba con tarjeta. Pues bien, para facilitar las cosas a los turistas, cada vez más numerosos, el gobierno local se ha puesto serio y legislará los porcentajes y las formas de pago. Así todos contentos. 

No estaría de más que en España también se tomaran medidas en la restauración encaminadas a hacer las cosas más fáciles a los clientes.Ya está bien de los abusos y timos camuflados. Que si el pan te lo cobran a precio de oro y a lo mejor ni lo has pedido, que en los menús la bebida no está incluida y luego te pegan el sablazo (ejemplo: "Cocina para novatos" ha sido testigo en un local de Barcelona en el que el menú era de 14 euros. Al ir a pagar, la cuenta subía a 18,5 y es que una agua, sí una agua mineral de 33 cc, valía nada más y nada menos que 4,5 euros. Ni que la hubieran traído corriendo desde los Alpes. Cierto es que en la carta del menú no aparecía la bebida incluida, pero de ahí a ese precio es sencillamente un robo)... Y luego qué decir de lo que hemos comentado en tantas ocasiones: los tamaños. Sí señores y señoras, el tamaño sí que importa. Qué es una tapa, que es una media ración, qué es un plato, qué es para compartir,... y en la cerveza no digamos: tubo, caña, jarra, balón, copa, flauta, cáliz... Cuando pedimos necesitamos saber qué nos van a servir. Debería estar reglamentado que en las cartas, sin necesidad de preguntar, se pudiera "visualizar" qué cantidad nos van a servir (no es preciso contar los berberechos) pero sí saber más o menos cómo será la ración de completa. Somos pesados, pero algún día lo conseguiremos. Mientras este día llega vamos a seguir haciendo trabajo de investigación.

Donde no hay secreto ni mentira posible es en el plato que vamos a preparar, un salteado en el que es imposible saber cuál es el ingrediente estrella: ¿la sepia, los ajos, la alcachofa, el jamón?
Falta el jamón, no lo busquéis

Primero. Limpiar y preparar los ingredientes. La alcachofa la cortamos en trozos muy finos y la ponemos con agua y limón para que no se haga negra. A los ajos tiernos les quitamos la piel de fuera y los cortamos en trocitos. El jamón, a taquitos. Las sepias son pequeñas; no las cortamos, sólo las limpiamos.  







Segundo. En una sartén ponemos un poco de aceite. Cuando esté caliente añadimos las sepias. Lo lógico hubiera sido freir primero la alcachofa, pero en este caso como las sepias son congeladas sabíamos que iban a "echar" mucha agua, por eso las freímos primero y les quitamos el agua. Cuando ya sólo quede sepia y estén casi medio cocinadas, las retiramos y reservamos. 

Se puede ver la espuma que están "echando"
Quitamos el líquido 

Reservamos para añadir después

Tercero. En la misma sartén, añadimos otra vez aceite y agregamos las alcachofas. Unos minutos (bastantes) y podemos poner los ajetes, otros minutos y el jamón, otros minutos y la sepia.







Cuarto. El toque especial: un chorrito de vinagre de Módena, unos meneos, salteos y a servir. Espectacular y fácil de cocinar. 


Es opcional, pero le da un punto



El perejil y el aceite están de adorno

Probad, de verdad, está estupendo. 


Hasta la próxima.

lunes, 2 de mayo de 2016

Sopa de fideos con almejas

Una lupa por favor.  Que alguien me explique si hay alguna norma o Ley que regule el tamaño mínimo que deben tener las letras en los envases de comidas. Si no la hay, que la pongan. En un país, un continente, en el que se regula sobre todo y por cualquier tontería no es de recibo que por mucho que forcemos la vista no podamos leer los ingredientes de los envases de la comida, o el tiempo de cocción, o simplemente la fecha de caducidad. Unas veces porque el tamaño es minúsculo, otras porque "casualmente" coincide con los pliegues del plástico o cartón, y otras por ser de color claro sobre fondo transparente. ¡Señores fabricantes! Respeten al consumidor, que todos no tenemos 20 años.

Por eso mismo, en otro gran trabajo de investigación "Cocina par novatos" buscó una lupa y empezó a leer. Y por culpa de la lectura, nos asaltaron la dudas y los miedos:  Quien entiende el mensaje que aparece en los huevos, o quién realmente sabe lo que es un aditivo E-202 (¿será bueno, será malo?), y qué pintan las trazas de marisco en un paquete de pipas,  y por qué le echan a la comida glutamato monosódico, y por qué está escrito todo en 10 ó 20 idiomas, y para qué sirve la lecticina de soja o los glucósidos de esteviol. Está claro, si todos los productos "escriben" sus ingredientes en letras minúsculas es sencillamente por nuestro bien, para que no podamos enterarnos de lo que estamos comiendo. O lo aceptamos o nos matriculamos en la facultad de química.

Donde no hay que matricularse es en la cocina. No tiene secreto, sólo es intentarlo y a triunfar. Hoy, como ejemplo de simplicidad y buen sabor, vamos a preparar un plato de cuchara: sopa de fideos con almejas. Fácil y resultón. 

Ingredientes. Los que veis en la foto más el ajo, el perejil y el colorante, a saber: almejas, sepia, tomate, cebolla, pimiento verde, guisante, fideos y caldo (en esta ocasión repetimos con el de tetra-brick, pero si tenéis casero, mucho mejor).

Parece un bodegón 


Primero. Sin que sirva de precedente, vamos a preparar los ingredientes antes de ponernos a cocinar. Para empezar, cortamos las sepias en trocitos que quepan en la cuchara. También cortamos la cebolla y el pimiento más que menos. 


La cebolla, cuando más pequeña, mejor
La sepia es descongelada. Si fuera fresca sería ideal




















SegundoPara empezar lavamos lo mejor que podamos las almejas después de haberlas tenido mucho rato en agua con sal. Las almejas, lo más limpias que podamos las ponemos a hervir a fuego lento con un poco de agua. Cuando se hayan abierto, colamos el caldo y lo reservamos, seguidamente separamos la molla de las conchas.


Con poca agua y a fuego lento
Separamos la molla y reservamos el caldo





Tercero. Ahora ya empezamos a cocinar. Sofreímos la cebolla y el pimiento verde. Cuando haya pasado un rato y veáis que la cebolla se ha quedado casi transparente añadís la sepia. Si comienza a echar espuma o agua no os asustéis, es hasta normal tratándose de sepia congelada.


A ojo, esto no es matemático
Subimos un poco el fuego y añadimos la sepia












Cuarto. Cuando la sepia ya esté frita y haya desparecido la espuma, ponemos el tomate y los guisantes. Mientras estos se hacen, en el recipiente para la batidora añadimos al caldo de las almejas un ajo y perejil. Picamos y Cuando esté el tomate ya frito, echamos la caldo-picada a la olla y el colorante. 

De nuevo sacamos el ojímetro
A medio picar
















Quinto. Es el momento de echar el caldo que, aunque no lo hayamos dicho antes, estaba calentando en otra olla. Dejamos que hierva todo unos minutos antes de añadir los fideos. Para este plato es mejor que sean gruesos o como mínimo medianos.


Que hierva unos minutos antes de añadir los fideos
Como el caldo de tetra-brick tira
a salado, no añadimos sal

















Sexto. Los fideos deben cocerse pero no quedar pastosos. De cuando en cuando vais probando. Al final añadís las almejas. Y ya está.


La foto es pésima, pero el sabor magnífico

Ya lo sabéis, intentadlo que es facilísimo y queda un plato muy agradecido.

Hasta la próxima.