¡Van a odiar la comida! ¿A qué viene esto? Pues sencillamente que el otro día "Cocina para Novatos" pudo percatarse "en persona" de lo nefasta que es la comida que sirve un colegio a sus alumnos. La empresa contratada por la escuela, un catering, podría dedicarse tanto a preparar mortero para las obras como menús infantiles, el resultado final tiene la misma textura y supongo que sabor. Sobre el papel todo es correcto: verduras, merluza, arroz, fruta... Pero luego la realidad es bien distinta: Servida sin gracia alguna, sin temperatura, sin sabor a nada, raciones de risa, fruta o súper-pasada o súper-verde... Pero lo más grave, es que hablas con otros padres de otros colegios, y más de lo mismo. Todos coinciden. Y si esto es así ¿por qué se consiente? ¿por qué se ha acabado con las cocinas de los colegios? ¿hay algún interés económico que se nos escapa?. Antes los que nos quedábamos a comer en los colegios odiábamos un día por algo, bien por las acelgas, el pescado..., pero eran muchos más los días en los que sí se podía se repetía. Incluso se esperaba con ganas el día de la paella, o el del arroz al horno, pero ahora esto es impensable. Como prueba tan sólo recordad cuántos profesores se quedaban a comer (casi todos) y ahora si podéis averiguad cuántos lo hacen. La mayoría o comen fuera, o se llevan el tupper.
Además, por si fuera poco, los precios tampoco son baratos. Al contrario. Luego te explican que también hay que pagar a los monitores, las extraescolares, etc. Tonterías. No hace falta ser mal pensado para adivinar que detrás del cambio que pertrecharon todas las Comunidades Autónomas hace ya más de cinco años únicamente se escondía un interés económico. Viendo lo que comen los chavales, ¿qué sentido tiene después que los profesores intenten explicar la pirámide alimentaria, la necesidad de comer 5 piezas de frutas y verduras al día, la importancia de los cereales...? Primero dadles un huevo frito que caiga al suelo y no rebote hasta el techo y luego ya veréis como no se odia todo lo relacionado con la comida y es más fácil enseñar buenos hábitos alimentarios.
Como prueba de que comer bien puede ser fácil y barato os proponemos la siguiente receta: pollo al limón. Al horno con especias y ya está.
Ingredientes. Para los más seguidores, hoy no vamos a utilizar ni cebolla, ni tomate. Pollo, en esta ocasión muslos (ahora llamados muslitos), alas, (ahora llamadas alitas), orégano, romero, pimienta, ajo en polvo, vino blanco, tomillo, aceite y medio limón.
Primero. Limpiamos el pollo porque sí, mucha bandejita de plástico mucho papel absorvente, pero algunas veces se encuentran más plumas que en un edredón. Espolvoreamos la carne con el romero, el orégano, la pimienta molida, el ajo en polvo (si queréis cambiadlo por unos dientes).
Segundo. Escurrimos el medio limón y lo mezclamos con la carne. Unos "restregones" para que todo se reparta bien. Un buen chorro de aceite y al horno. Lo habremos calentado a 200 grados.
Ni que decir tiene que el horno lo habremos precalentado antes de meter el pollo.
Tercero. Lo tendremos aproximádamente 30 ó 35 minutos. Lo sacamos, le damos unas vueltas y añadimos el vino blanco, un vasito pequeño.
Cuarto. Esperamos otra media hora larga y ya está. De un día para otro puede guardarse sin problemas. Acompañado con patatas, o guisantes, o incluso arroz tendréis un plato ideal para meter en el tupper. Seguro que mejor y más barato que el menú que comerán los escolares.
Ha sobrado salsa por si alguien quiere mojar. Animaros novatos, es sencillo y está riquísimo.
Además, por si fuera poco, los precios tampoco son baratos. Al contrario. Luego te explican que también hay que pagar a los monitores, las extraescolares, etc. Tonterías. No hace falta ser mal pensado para adivinar que detrás del cambio que pertrecharon todas las Comunidades Autónomas hace ya más de cinco años únicamente se escondía un interés económico. Viendo lo que comen los chavales, ¿qué sentido tiene después que los profesores intenten explicar la pirámide alimentaria, la necesidad de comer 5 piezas de frutas y verduras al día, la importancia de los cereales...? Primero dadles un huevo frito que caiga al suelo y no rebote hasta el techo y luego ya veréis como no se odia todo lo relacionado con la comida y es más fácil enseñar buenos hábitos alimentarios.
Como prueba de que comer bien puede ser fácil y barato os proponemos la siguiente receta: pollo al limón. Al horno con especias y ya está.
Ingredientes. Para los más seguidores, hoy no vamos a utilizar ni cebolla, ni tomate. Pollo, en esta ocasión muslos (ahora llamados muslitos), alas, (ahora llamadas alitas), orégano, romero, pimienta, ajo en polvo, vino blanco, tomillo, aceite y medio limón.
Como siempre, falta el aceite |
Primero. Limpiamos el pollo porque sí, mucha bandejita de plástico mucho papel absorvente, pero algunas veces se encuentran más plumas que en un edredón. Espolvoreamos la carne con el romero, el orégano, la pimienta molida, el ajo en polvo (si queréis cambiadlo por unos dientes).
Segundo. Escurrimos el medio limón y lo mezclamos con la carne. Unos "restregones" para que todo se reparta bien. Un buen chorro de aceite y al horno. Lo habremos calentado a 200 grados.
Ni que decir tiene que el horno lo habremos precalentado antes de meter el pollo.
Tercero. Lo tendremos aproximádamente 30 ó 35 minutos. Lo sacamos, le damos unas vueltas y añadimos el vino blanco, un vasito pequeño.
Tiene buena pinta, la cosa va bien. Otra vez para dentro |
Cuarto. Esperamos otra media hora larga y ya está. De un día para otro puede guardarse sin problemas. Acompañado con patatas, o guisantes, o incluso arroz tendréis un plato ideal para meter en el tupper. Seguro que mejor y más barato que el menú que comerán los escolares.
De nuevo al horno. 35 minutos y se acabó |
Este es el resultado final. Magnífico. |
Ha sobrado salsa por si alguien quiere mojar. Animaros novatos, es sencillo y está riquísimo.
Hasta la próxima.
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