¿Se puede patentar una receta? Pregunto. Si algún cocinero crea un plato puede acudir a algún registro de marcas o patentes e inscribirlo a su nombre y así poder a percibir los derechos de autor. Si nos fiamos de lo que circula por Google, sí que es posible. ¿Dónde? Donde va a ser, en los EEUU. Eso sí, debe reunir una serie de requisitos muy estrictos que determinen su originalidad y demostrar que no ha sido copiada. Después ya puedes venderla.
La verdad es que ya sólo faltaría que apareciera alguien por ahí y nos dijera que debemos de pagar por hacer unos huevos fritos con patatas, o que debes pagar por preparar unos canelones. ¡Lo que se hubiera forrado el que patentara la paella, o el gazpacho, o la tortilla de patatas!. No, no y no; hasta la propiedad intelectual debe tener sus límites. Y lo digo a cuento de un tema que no tiene nada que ver con la cocina. Cierto es que los laboratorios gastan cantidades ingentes de dinero en investigación y desarrollo de nuevos fármacos para combatir enfermedades y por ello tienen todo el derecho del mundo a obtener unos beneficios. Eso es incuestionable. Lo que debería hacerse es encontrar un punto intermedio en el que las multinacionales obtuvieran una justa ganancia y a la vez el precio de los productos fuera asequible para los más necesitados. ¿Qué pensaríais si el inventor de la pizza pretendiera cobrarnos una fortuna? Pues nos decantaríamos por otra comida, el problema es que a veces no es posible elegir otro medicamento.
La receta de hoy no se sabe quién la inventó pero sí sabemos que es fácil de elaborar y queda genial. Sepia encebollada. Sólo con el nombre ya se adivinan los ingredientes: sepia, cebolla, pimienta, laurel y vino blanco.
Los ingredientes estrella |
La cebolla cortada así |
La sepia a tacos |
Primero. Troceamos la sepia y la sofreimos en aceite de oliva, cuando está casi hecha la reservamos.
En el momento de echar al fuego |
Unos minutos después |
Segundo. En el mismo aceite añadimos la cebolla, una hoja de laurel y unos granos de pimienta. Dejamos que dore a fuego lento (seguimos sin decir que "poche").
La cebolla reducirá mucho |
Tercero. Cuando veamos que la cebolla se ha ablandado, volvemos a añadir la sepia y le ponemos un "chorrito" de vino blanco. Dejamos unos minutos más al fuego y ya está.
El "líquido" debe consumirse casi todo |
A servir y a comer. Novatos, ¿qué problema hay en preparar esta receta?. Si lo hacéis que sepáis que no estáis pirateando.
A ver quién inventa un programa informático que pueda transmitir olores |
Hasta la próxima.
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