¡Que fea es, pero que buena está! No penséis mal, estamos hablando de las galeras, para los que no las conozcáis se trata de un crustáceo alargado que se consume casi todo en la costa norte del Mediterráneo, de Sagunto hacia Tarragona. Su carne es blanda y exquisita. Toda la vida se había considerado un "marisco menor" que sólo servía para caldo, pero poco a poco ha ido tomando protagonismo en los fogones para tapa y para arroces principalmente. El aumento de su consumo y prestigio ha ido paralelo a su encarecimiento, llegando a pagarse algunos días a mayor precio que el bogavante. Difícilmente se encuentra en las pescaderías que no estén en la costa de Castellón, Valencia o Tarragona. Para los que no las conozcáis os pongo una foto:
Los ojos no son las manchas que veis en primer plano, esto es parte de su camuflaje |
Su cáscara, caparazón, es blanda, flexible pero provista de unos pinchos que las hacen difíciles de comer, sobretodo si eres primerizo. Parece un animal "bobo", pero que va, es todo lo contrario. Realmente estamos ante la reencarnación marina de Mazinger Z, un auténtico depredador carnívoro con súper-poderes. Ahí van algunos: su visión es en 3D distinguiendo muchos más colores que el ojo humano. Sus pinzas delanteras tienen la potencia suficiente para destrozar el caparazón de cualquier cangrejo y son capaces de golpear, de lanzar sus brazos con una potencia comparable a una bala disparada por un rifle. Vive oculta en túneles que excava en el fondo del mar, se mimetiza con el paisaje. O sea, es un animal ante el que hay que quitarse el sombrero. Y por si fuera poco, está sabrosisimo.
Aunque no sirva de precedente, hoy vamos a preparar un arroz con galeras. Si tenéis oportunidad intentadlo. El resultado merece la pena.
Ingredientes: Galeras, arroz, sepia, caldo de pescado, guisantes, tomate, pimiento rojo, judías verdes, ajos y opcionalmente hemos añadido una alcachofa que había por la nevera desde hace días.
Pimiento, judías y alcachofa |
Primero: Preparamos el caldo de pescado. En esta ocasión no acudimos al recurso habitual que es el tetra-brick. Nos estiramos y con una cabeza y huesos de rape, un puerro, una zanahoria y perejil preparamos un caldo, lo que los entendidos llaman fumet. No tiene mayor secreto.
Segundo: Ponemos en la paella a sofreir las galeras. Ojo, si están vivas darán unos saltos y chillarán que asustan al más valiente. En este caso estaban muertas. Las freímos y reservamos para añadirlas cuando echemos el caldo.
Así ya se podrían comer. Magníficas |
Tercero: En el mismo aceite que se han frito las galeras ponemos la verdura cortada. Cuando haya tomado color, sobre todo el pimiento es el momento de echar la sepia y un ajo cortadito. Hemos optado por cortar la sepia en trocitos pequeños al igual que la verdura así tendrá el aspecto final de un arroz del "senyoret".
Parece que hay poca verdura |
La sepia se hará en pocos minutos |
Cuarto: Una vez la sepia esté hecha ponemos el tomate y los guisantes. Dejamos sofreir antes de echar el arroz y el colorante. El arroz, a ojo, pero sin pasarse. Con una tazita por persona es suficiente. En esta ocasión reconozco que pusimos más del que deberíamos, pero es que había mucha hambre. Removemos todo y ya es el momento de poner el caldo.
El tomate de lata |
El arroz, con el colorante y a dar unas vueltas. La paella es grande, pero la perspectiva engaña |
Quinto: El caldo lo pondremos caliente, hirviendo. Ya sólo falta añadir las galeras y esperar a que se haga el arroz.
El caldo es una de las claves del éxito |
Todo hirviendo. Lástima que no lo oláis |
A la mesa. No quedó ni un grano. Un plato de domingo que os hará quedar bien si tenéis invitados y queréis mostrar vuestras habilidades.
A la hora de servir en la mesa |
Unos pocos minutos después |
Hasta la próxima.
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