viernes, 30 de octubre de 2015

¿Pizza o coca?

¿Qué alguien me lo explique? ¿Cómo es posible que un blog tan de andar por casa como éste haya sido visto por un montón de gente de EEUU?. Hay que hacérselo mirar señores. Aunque pensándolo mejor, ¿qué se puede esperar de un país que 'exporta' "Crónicas carnívoras"? A lo mejor también les gustan estas tonterías.

Día a día va entrando más gente a cotillear las recetas. Se agradece. Pero una vez más recordaros que "Cocina para novatos" no persigue dárselas de listo, ni de innovador, ni de nada. La única intención es pasármelo bien mientras lo escribo y luego si alguno os reís al leerlo, pues mejor; y si alguien aprende algo, pues mucho mejor.

He llegado de una reunión de la Comunidad de Vecinos (algo surrealista) y no me apetece cocinar nada elaborado para cenar, así que saco de la nevera una masa de hojaldre y vamos a preparar una coca-pizza.

Los ingredientes, como siempre de lo más normalitos: para la base el hojaldre, queso, jamón york y tomate; y para poner por encima lo que queráis. En esta ocasión pondremos un poco de atún, olivas y unos taquitos de bacon que me sobraron de ayer cuando hice los macarrones. Cambiando de tema. Hoy la OMS dice que ellos no dijeron que habían dicho que no se podía comer carnes procesadas. Faltaría más. Cada uno con su cuerpo que haga lo que quiera,...  o lo que pueda. Parece que tras la alarma generada, todo vuelve a su lugar.


Calentar el horno a 200 grados
Los ingredientes: básicos al 100%

Primero: Calentamos el horno a 200 grados. Para los amigos de los EEUU indicar que en grados Farenheit vienen a ser, más o menos, 392 grados; y por si nos sigue algún físico el equivalente en grados Kelvin es de 473,15. 


Segundo: Ponemos la masa de hojaldre en la bandeja del horno. Utilizamos un papel de cocina para que no se pegue (en los paquetes de hojaldre ya viene el papel. Es el que envuelve el hojaldre, no el de la etiqueta).

Ahora viene el dilema: ¿Hay que pinchar la masa de hojaldre para que no se abombe?. A gusto del consumidor. Si la pinchais con un tenedor, en principio no subirá. Pero si optais por no pinchar tampoco pasa nada, subirá, sí, pero al enfriarse se vendrá abajo. Eso sí, a lo mejor los ingredientes se "barajan" un poco. Id con cuidado si ponéis huevo. Puede acabar fuera de la bandeja.


La masa de hojaldre sin pinchar

Tomate de bote por todas partes

El queso distribuido uniformemente
Sobre el jamón york ya podéis poner lo que queráis

Tercero: La base ya está preparada, ahora cada uno que ponga lo que quiera. Nosotros hemos aprovechado sobras que teníamos de bacon, hemos abierto una lata de atún y otra de olivas y también hemos puesto unas tiritas de serrano. Un clásico, pero un clásico que nunca falla. Al horno unos 20 minutos y ya está. Lista para comer. 


Al horno sin esperar mucho más
Como no pinchamos el hojaldre la masa subió y los
 ingredientes se fueron cada uno  por su lado

Vista no tiene, pero estaba estupenda

Bueno, supongo que no os he descubierto nada nuevo. Es lo que hay. Viene el fin de semana y ya tendremos tiempo de preparar algo más elaborado, o no. 

Un saludo novatos.


jueves, 29 de octubre de 2015

Macarrones más o menos a la carbonara

INDIGNACIÓN TOTAL. En mayúsculas. No se puede permitir lo que ha hecho la OMS, qué necesidad había en alarmar a la gente. Está claro que comer grandes cantidades de cualquier alimento, como hacer muchísimo deporte, o estar tumbado todo el día a la bartola, o leyendo poesía, o viviendo junto a un aeropuerto, o junto a una antena de telefonía ... es de alguna manera malo. Para eso no hay que hacer ninguna investigación científica. Pero de ahí a dejar entrever que el jamón produce cáncer... POR FAVOR. No voy a discutir si el estudio es técnicamente perfecto, pero las conclusiones hay que interpretarlas en su justa medida. 

"Cocina para novatos" está a favor de cocinar lo más sanamente posible pero sin ridiculeces. Evidentemente no hay que abusar de las grasas, ni de los chorizos (ya abusan los políticos chorizos de nosotros),  eso lo sabemos todos y no hace falta más comentario. Además, si alguien quiere pasarse con estos alimentos, quienes somos nosotros para prohibírselo, y quién es la OMS para asustarnos. Ya está bien. Apliquemos a la cocina, a la comida, la simple lógica natural de las cosas. ¿Qué persona medianamente cuerda va a comerse de una sentada 58 lonchas de bacon?

Y hablando del bacon. Como nos hemos enterado que es uno de los alimentos que se han puesto en el punto de mira de la OMS, vamos a iniciar una  campaña en su defensa. En las próximas dos recetas lo utilizaremos. La primera será unos macarrones a la carbonara.

Los ingredientes son de nuevo sencillos de encontrar: macarrones, nata de bote, pedacitos de bacon, cebolla y champiñones. Luego cuando estén para comer les ponéis el queso, orégano o lo que os guste. El único dilema lo podéis encontrar a la hora de elegir el tipo de macarrón. Los hay de mil maneras: lisos, con estrías, grandes, pequeños, medianos, de colores, para vegetarianos, de diversos cereales... y luego piensa en el tamaño del envase, de medio kilo, de un kilo o de dos kilos. Es en ese momento cuando tu cabeza comienza a hacer números. "Si cojo los de dos kilos me ahorro 3 céntimos". Sabia elección: vas a estar comiendo macarrones durante meses. Vas a acabar de los macarrones hasta los...

Ingredientes muy fáciles de conseguir

Primero: Mientras sofreímos la cebolla se irá calentando el agua. No hay más secreto. Si eres una persona cerebral, organizada, podrás ir haciendo otra cosa, por ejemplo ver la tele. Pero si eres el típico que se despista con cualquier tontería, será mejor que no pierdas de vista la cebolla.

Me parece que siempre usamos cebolla
Segundo: Cuando tengamos la cebolla casi transparente es el momento de añadir el bacon. Le damos unos meneos y que se mezcle bien con la cebolla.


Esto es imposible que produzca cáncer. Imposible

Tercero: Después de cortar los champiñones a vuestro gusto, y cuando el bacón comience a tostarse, los echamos a la cazuela. En unos pocos minutos estará todo a punto para añadir la nata. Mientras, supongo que el agua ya habrá comenzado a hervir. Pues ya sabéis: poner los macarrones y más o menos respetad el tiempo que se indica en el paquete. Aunque lo mejor es ir probándolos de vez en cuando. 



Es el momento de poner la nata


Pimienta a vuestro gusto
















Cuarto: Opcional: cuando pongáis la nata se puede añadir algo de pimienta o nuez moscada, o nada. Unas vueltas para que no se queme la nata y reservar.

Puede quedar con este aspecto
Quinto: Una vez los macarrones estén escurridos en agua fría, podemos ya mezclarlos con la nata. Como en esta ocasión los hemos preparado para el día siguiente, ya pondremos el queso y el orégano antes de calentarlos.

Novatos, animarse a hacerlos. No cuesta nada y quedan muy bien. Pero si aún así no tenéis ni ganas de entrar a la cocina, siempre podéis pasar por casa de vuestras madres y "gorrear". A ellas no les importa.


miércoles, 28 de octubre de 2015

Merluza camuflada

¿Quieres que tú hijo coma pescado? "Cocina para novatos" te da la solución. Hoy vamos a preparar unas croquetas de merluza "camufladas" con jamón que están de vicio. Os advierto que es un plato fácil de cocinar pero que requiere su tiempo, y por qué no decirlo: músculo. 

Las croquetas, si están medianamente bien hechas, son un manjar; da igual que sean de pollo, de cocido, de merluza, de bacalao... Aún no está documentado el caso de una familia que tuviera croquetas para cenar y no se las comiera todas. Si conocéis a alguien que haya cometido esa atrocidad que se ponga en contacto con Iker Jiménez.

Amigos de "Cocina para novatos" aquí tenéis los ingredientes que vamos a utilizar. Aunque algún día iremos al Mercado Central, hoy seguimos echando mano del súper más cercano.


La merluza es congelada. ¿Qué pensabais?
Realmente el noventa y pico por ciento de las croquetas tienen bechamel, que como bien sabéis no es otra cosa que harina revuelta con un líquido al que se añaden tropezones. Por mucho que os digan: es eso. Luego haces bolitas o bastoncitos según la maña que tengas, los rebozas y los fríes. Y ya está. Pero vamos paso a paso.

Primero: Hervimos en poca agua unos trozos de merluza (si está congelada da igual). Para darle algo de sabor he puesto unos granos de pimienta y una hoja de laurel. -Opcional-. Ojo: no pongáis la bolsa entera, con tres trozos que estén bien hay bastante.


La merluza se cuece en un momento
Segundo: Colamos el caldo y lo reservamos (dejamos a parte). La merluza la desmenuzamos. En esta ocasión como pensamos que hemos hecho poco caldo, añadiremos también medio vaso de leche. (Que me perdonen los profesionales de la cocina).



Aún hay que desmenuzarlos más
Tercero: Picamos media cebolla y hacemos el sofrito. A "ojímetro", cuando veáis que está poniéndose blandita es que ya ha llegado el momento de añadir los taquitos de jamón. 


La cebolla con la leche y el caldo al fondo
El jamón vale para todo
Esperamos a que el jamón coja color. Tampoco hay que ser ningún experto, y además, es muy, pero que múy difícil que el jamón se queme. Por ese lado no hay problema.


Cuarto: Comienza lo realmente complicado. Vamos a poner un par de cucharadas de harina. Como habéis visto en la foto de los ingredientes, seguimos decantándonos por la Maizena (es la única que tenía en casa). Un minuto, más o menos, dándole vueltas con el jamón y la cebolla y comenzamos a echar la mezcla de leche y caldo de merluza. 



Es importante que la harina no se queme


Ponemos un poco de líquido y a remover
Quinto: Es el momento de mezclar los pedacitos de merluza. Más caldo-leche, y a remover. A remover, a remover. En  esta ocasión estuvimos 25 minutos. La verdad es que la masa estaba demasiado líquida así que tuvimos la genial idea de poner más harina pensando que espesaría: ERROR. Comenzaron a salir bolitas blancas, lo que los entendidos llaman grumos, y hasta que no acabamos con ellos no pudimos parar. Al final salvamos dignamente la situación. Quedó la masa blanda, pero no hay problema: directo a la nevera.


Echando los trozitos de merluza 


Mover y mover

Que enfríe un poco y a la nevera
Sexto: Después de un buen rato en el frigorífico ya podemos manipular la masa. Dependiendo de la gracia que cada uno tenga le saldrán mejor o peor. Pero como no son para un concurso, da igual. Lo importante es el sabor y estás quedaron de categoría. Bueno lo de siempre: pasarlas por huevo, pan rallado y al aceite.


Nota: el aceite no era de oliva

Así quedaron: varios tamaños y varias formas

No sobró ni una. Ya os lo decía yo, es imposible que estando más o menos normales se quede alguna en el plato.

Animaros y hacedlas, la combinación de jamón y merluza es espectacular. 

Hasta la próxima.


martes, 27 de octubre de 2015

Ministerio, pon orden

Aquí estamos otra vez.  "Cocina para novatos" está en boca de todo el mundo y eso se agradece. Sé que estáis esperando otra receta pero antes quiero comentaros algo y si es posible saber vuestra opinión. 

Abro el debate: ¿Qué está haciendo el gobierno de España para acabar con el desmadre que se vive en los restaurantes y los bares?. Os pongo unos ejemplos de las dudas que me corroen: ¿Cuál es la diferencia entre tapa y media ración, y entre ración y plato? ¿Caña o jarra, o balón, o tubo, o vaso de plástico, o...? ¿Por qué en Andalucía ponen tapa de cocina con la cerveza y en las otras Comunidades no?. Somos un país que vivimos del turismo y aún no tenemos claros estos conceptos ¿Cómo es posible?. ¿Qué está haciendo el ministerio de Turismo para erradicar toda esta problemática? Yo os lo diré amigos: NADA. Se deja todo en manos del dueño del bar, o del restaurante, o de la tasca, o de la cantina, o de la bocatería.. y todos sabemos que muchos de ellos no se caracterizan precisamente por su buen criterio.

"Cocina para novatos", como no puede ser de otra forma, está a favor de la libertad total  de los dueños de los establecimientos para preparar sus platos como ellos crean conveniente (con la única línea roja de unas mínimas condiciones higiénicas). Faltaría más. Pero este derecho indiscutible e incuestionable de los profesionales de la cocina no debe chocar con el derecho de los clientes de conocer qué cantidad, qué tamaño, qué numero de piezas del plato elegido les van a servir sin esperar sorpresas desagradables.

En los últimos años hemos asistido al nacimiento de unas cartas en los bares y restaurantes que están más diseñadas para lucir que para dar información útil. ¿Cuántas veces pedimos a ciegas? ¿Quién no ha pedido una ración de mejillones al vapor y luego le han sacado un platito con unas mejillones contados, o a la inversa, has pedido una ración y te han servido una cazuela de barro hasta los topes?. Y qué decir de las frituras, o de las patatas bravas, de los calamares a la romana, de las croquetas, de las tablas de embutidos... ¿Quién, mientras llega a su mesa, no mira las de los otros clientes para hacerse una idea de la cantidad?. 

Alguien debe tomar cartas en el asunto. ¿Tanto costaría unificar criterios?. Para qué queremos a los políticos. Por ejemplo deberían asumirse unas normas mínimas en todos los locales: asi, una ración en un plato tendría que medir 25 cm de diámetro o similar; la media ración en uno de 15, la tapa de 10 cm. Plato de croquetas = 12 unidades. Media = 6, tapa 4. Independientemente de la localidad de España en la que estuviéramos, sabríamos la cantidad que nos van a servir. La calidad ya dependerá del cocinero y los ingredientes. De esta manera también tendríamos al turista mejor informado. Ya está bien de aprovecharse de ellos. 

Sr. Rajoy, menos hablar de la independencia de Cataluña y céntrese en lo que realmente importa a los ciudadanos: El tamaño de las raciones.

Nota: ¿Por qué en una mesa en la que hay cuatro comensales, si pides una tapa que se pueda contar por unidades, no sirven una para cada uno?. ¿No os ha pasado nunca que sois cinco en la mesa y ponen un plato con cuatro croquetas, o una tabla con cuatro lonchas de embutido?. 

Otro día hablaremos de las cartas de las bocaterías. Póngame un B1 con An. "Cágate lorito".

lunes, 26 de octubre de 2015

Coca de chocolate

Gracias por la aceptación que está teniendo el blog. Me supera. Debe haber mucho "desfaenado" y aburrido si no, no se entiende cómo se puede perder el tiempo de esta manera. 

Vamos a atrevernos con una coca de las más clásicas. Realmente no es un postre, es ideal para desayunar o merendar acompañando a la leche o al zumo de naranja. La versión que hoy haremos es de chocolate, pero este ingrediente lo podéis suprimir y no pasa nada.

En menos de diez minutos la tenéis preparada y de ahí al horno. 30 minutos y a comer.

Siempre que hablan los pasteleros y reposteros de sus recetas hacen gran hincapié en las cantidades, para ellos tienen que ser exactas hasta el miligramo. Los que me seguís ya podéis imaginar que nosotros vamos a usar de nuevo el "ojímetro".

Los ingredientes a utilizar serán: 4 huevos, azúcar, aceite de girasol, leche, harina y dos sobres de gasificante de repostería ("paperets de llimonà"). En esta ocasión también pondremos chocolate en polvo. 

Ya veis que no hay nada raro

La unidad básica de medida será el "gotet" o vaso pequeño. Os pongo la foto del que utlizo junto a un cuchillo de los de toda la vida para que os hagáis una idea de su tamaño.


Viene a ser como medio vaso de los de agua
Primero: Antes de nada ponemos a calentar el horno, así cuando acabemos la masa lo tendremos ya preparado. La temperatura ideal es de 180 º.

No hay duda
Segundo: En un bol grande batimos los cuatro huevos, después añadimos 2 "gotets" de azúcar. Seguimos batiendo, ponemos un "gotet" de aceite. Seguimos batiendo y echamos un "gotet" de leche. Evidentemente: seguimos batiendo.

Gran invento la batidora
Tercero: En un plato o en otro bol mezclamos dos "gotets" y medio de harina, medio "gotet" de chocolate en polvo (también vale cola-cao, o nesquit) y los 2 sobres del gasificante. En el caso que no pongáis chocolate o similar, en vez de 2,5 "gotets" de harina, se ponen 3.

Gasificante
1
Chocolate en polvo
Cuarto: Cuando la harina está bien mezclada con el chocolate y el gasificante, lo vertemos todo en el bol de los huevos. Ahora es cuando hay que batir de verdad. Un consejo, a la hora de verter la harina en el bol de los huevos es conveniente utilizar un colador para que no caigan grumos.




Colando la mezcla de la harina 


Quinto: Preparamos el molde tan sólo con un papel de cocina. Como podéis comprobar, no nos esmeramos mucho en la estética. No es nuestro fuerte.




La coca antes de entrar al horno


Sexto: Cuando veamos que ya está todo bien mezclado, vertemos toda la masa en el molde, y de ahí al horno. En principio con 30 minutos a 180 grados será más que suficiente, pero para aseguraros, cuando pase el tiempo pincháis la coca con un mondadientes. Si sale seco es que ya está perfecta.




Y este es el resultado final:


Espectacular. Sólo falta que se enfríe

Para los muy golosos: si se parte en horizontal y se rellena con nocilla está de muerte. 

Hasta la próxima.



Paella y panosotros

Bienvenidos otra vez. Después del gran éxito de la receta del otro día, os paso una de arroz de pescado, sin pescado. Ya veréis.

Vamos a cocinar una paella marinera con unos ingredientes muy básicos. Como siempre hacemos en este blog, evitaremos ir a tiendas "delicatessen". Utilizaremos las verduras que tenemos por la nevera, unos calamares y unas gambas (se recomienda una por comensal como mínimo, así nos evitamos problemas). Para el caldo tampoco nos vamos a complicar: se baja al súper, se compra un tetrabrik y ya está (eso sí, el caldo de pescado, o por lo menos que aparezca en la foto).

Puede parecer una tontería, pero si no se os quema el arroz, ni se os pasa, quedareis como señores. Empezamos.

Las verduras que vamos a utilizar


Primero: Cortamos las verduras en el tamaño que nos parezca, cada uno a su gusto. En este caso en la nevera teníamos un pimiento verde y unas judías (llevaban ya varios días dando vueltas por el verdulero y empezaban a molestar). Con eso, un ajo y unos guisantes congelados nos apañaremos. El caldo como veis es de pescado, por lo menos es lo que pone.

Las verduras ya cortadas con el caldo

Segundo: La paella (arroz seco de pescado) que os propongo es para cuatro comensales de buen comer. Como el caldo ya estaba abierto del día anterior y no tenemos ni un litro, vamos a añadir también el caldo de los mejillones. Para cocerlos los ponemos con un poco de limón, vino blanco, pimienta negra y laurel. Una vez abiertos, reservamos el caldo (o sea, guardamos a un lado).


En un "fuego" tenemos los mejillones y en otro la paella

Tercero: Lo primero que hacemos es sofreir las gambas. Si no tenéis gambas poned cualquier otro marisco o crustáceo, y si tampoco tenéis no sufráis que el caldo por sí mismo dará sabor, aunque eso sí, es mucho más bonito ver el marisco. Cuando tenemos las gambas medio fritas ponemos el pimiento. 


La cosa comienza a coger forma

Cuarto: El auténtico dilema viene ahora. ¿Cuándo se echan las judías?. Hay opiniones para todos los gustos pero yo defiendo la postura que debe ser antes que los calamares. Lo que veis blanco es el ajo picado. Donde no hay discusión alguna es entre calamar o sepia. SIN NINGUNA DUDA: calamar. Le da mucho más sabor.


Todo es "a ojo"
Como no, los calamares están cortados

Una vez esté la verdura hecha (sin quemar pero que no esté cruda), pondremos los calamares que previamente habremos limpiado (una ayuda nunca va mal) y cortado.

Quinto: Mientras se sofríen los calamares vertemos en una olla el caldo de tetrabrik junto con el de los mejillones y esperamos que coja temperatura.



Lástima que no podáis olerlo


Sexto: Cuando los calamares hayan cogido el color adecuado (se nota a simple vista sin ser un experto) añadimos los guisantes y el tomate. En esta ocasión (como casi siempre) puse el tomate de bote. Puede que empiece a salpicar todo pero es lo que hay.


Unos minutos y a "medir" el arroz

Séptimo: El verdadero secreto de este arroz viene ahora: acertar en la cantidad justa. Para no perder la costumbre lo haremos a "voleo". Más o menos, cubrid con el arroz una parte de la paella como indica en la imagen:


Si os quedáis con hambre, la próxima vez  ponéis más y ya está
Octavo: Removemos el arroz para que se empape de los sabores y vertemos el caldo que ya estará hirviendo. Añadimos el colorante y como habíamos guardado unos mejillones los ponemos en forma de estrella. El caldo de tetrabik "tira" a salado por ese motivo no pongo nada de sal, es que ni lo pruebo.

Ya queda menos para comer
Noveno: Una vez comience todo a hervir, se baja la temperatura a media-alta (6 sobre 9). El tiempo de cocción dependerá del fuego y del tipo de arroz  por lo que no se puede dar ningún consejo (más o menos será un cuarto de hora). Lo mejor es que cada uno vaya probando el arroz y cuando esté casi hecho que apague el fuego que con el calor acabará por coger el punto. Con alioli está de muerte y si no, con limón. 

No está para llevar a un museo, pero el sabor es lo que importa
Con una simple ensalada y algo "dolçet" de postre quedarás como un campeón/a. Buen provecho.