martes, 23 de febrero de 2016

Paella con galeras

¡Que fea es, pero que buena está! No penséis mal, estamos hablando de las galeras, para los que no las conozcáis se trata de un crustáceo alargado que se consume casi todo en la costa norte del Mediterráneo, de Sagunto hacia Tarragona. Su carne es blanda y exquisita. Toda la vida se había considerado un "marisco menor" que sólo servía para caldo, pero poco a poco ha ido tomando protagonismo en los fogones para tapa y para arroces principalmente. El aumento de su consumo y prestigio ha ido paralelo a su encarecimiento, llegando a pagarse algunos días a mayor precio que el bogavante. Difícilmente se encuentra en las pescaderías que no estén en la costa de Castellón, Valencia o Tarragona. Para los que no las conozcáis os pongo una foto:


Los ojos no son las manchas que veis en primer plano, esto es parte de su camuflaje

Su cáscara, caparazón, es blanda, flexible pero provista de unos pinchos que las hacen difíciles de comer, sobretodo si eres primerizo. Parece un animal "bobo", pero que va, es todo lo contrario. Realmente estamos ante la reencarnación marina de Mazinger Z, un auténtico depredador carnívoro con súper-poderes. Ahí van algunos: su visión es en 3D distinguiendo muchos más colores que el ojo humano. Sus pinzas delanteras tienen la potencia suficiente para destrozar el caparazón de cualquier cangrejo y son capaces de golpear, de lanzar sus brazos con una potencia comparable a una bala disparada por un rifle. Vive oculta en túneles que excava en el fondo del mar, se mimetiza con el paisaje. O sea, es un animal ante el que hay que quitarse el sombrero. Y por si fuera poco, está sabrosisimo.

Aunque no sirva de precedente, hoy vamos a preparar un arroz con galeras. Si tenéis oportunidad intentadlo. El resultado merece la pena.

Ingredientes: Galeras, arroz, sepia, caldo de pescado, guisantes, tomate, pimiento rojo, judías verdes, ajos y opcionalmente hemos añadido una alcachofa que había por la nevera desde hace días.

Tomate y guisantes
Los productos del mar: sepia, galeras y el caldo

Pimiento, judías y alcachofa























Primero: Preparamos el caldo de pescado. En esta ocasión no acudimos al recurso habitual que es el tetra-brick. Nos estiramos y con una cabeza y huesos de rape, un puerro, una zanahoria y perejil preparamos un caldo, lo que los entendidos llaman fumet. No tiene mayor secreto.


Segundo: Ponemos en la paella a sofreir las galeras. Ojo, si están vivas darán unos saltos y chillarán que asustan al más valiente. En este caso estaban muertas. Las freímos y reservamos para añadirlas cuando echemos el caldo.


Así ya se podrían comer. Magníficas
Tercero: En el mismo aceite que se han frito las galeras ponemos la verdura cortada. Cuando haya tomado color, sobre todo el pimiento es el momento de echar la sepia y un ajo cortadito. Hemos optado por cortar la sepia en trocitos pequeños al igual que la verdura así tendrá el aspecto final de un arroz del "senyoret".

Parece que hay poca verdura
La sepia se hará en pocos minutos

















Cuarto: Una vez la sepia esté hecha ponemos el tomate y los guisantes. Dejamos sofreir antes de echar el arroz y el colorante. El arroz, a ojo, pero sin pasarse. Con una tazita por persona es suficiente. En esta ocasión reconozco que pusimos más del que deberíamos, pero es que había mucha hambre. Removemos todo y ya es el momento de poner el caldo.

El tomate de lata
El arroz, con el colorante y a dar unas vueltas. La paella
es grande, pero la perspectiva engaña


















Quinto: El caldo lo pondremos caliente, hirviendo. Ya sólo falta añadir las galeras y esperar a que se haga el arroz. 

El caldo es una de las claves del éxito

Todo hirviendo. Lástima que no lo oláis

A la mesa. No quedó ni un grano. Un plato de domingo que os hará quedar bien si tenéis invitados y queréis mostrar vuestras habilidades.


A la hora de servir en la mesa

Unos pocos minutos después
Hasta la próxima.

viernes, 19 de febrero de 2016

Conejo a la mostaza

¡Vaya decepción! Con todas las letras D-E-C-E-P-C-I-O-N. “Cocina para novatos”  llevó a cabo hace unos días un trabajo de campo sobre los pinchos vascos que no ha podido ofrecer un resultado más decepcionante.  En tres días, o sea, tres comidas y tres cenas en el País Vasco moviéndose por zonas urbanas turísticas, hemos tenido oportunidad de probar un gran número de pinchos pero la verdad es que este tipo de comida no ha cumplido ni de lejos con las expectativas generadas. Estamos seguros que habrá locales con unas barras surtidas y con unos pinchos magníficos. SEGURO. No lo dudamos, pero lo que hemos visto y probado por los centros históricos de las ciudades, por las tascas y bares “normales” frecuentados por los visitantes y turistas no deja de ser lo que en el resto de España se conoce toda la vida como un montadito. Poca cantidad, poca originalidad y muy repetitivos, siendo la relación calidad-precio abismal, sin hablar de las “cervecitas” que parecían servidas en vasos de una casa de muñecas. Muy a nuestro pesar nos dio la sensación de que llevábamos un cartel en la espalda con luces de neón en el que ponía: “Soy turista, puede timarme”. Y eso no, no y no. 

No nos queda otro remedio que volver otra vez a ver si encontramos los locales que salen en la tele y en los libros de cocina. Cuando tanto se habla de ellos será porque realmente existen. "Cocina para novatos" no arroja la toalla. Ya os iremos informando.

Donde no hay trampa ni cartón es en la receta que hoy os proponemos: Conejo con salsa de mostaza. Espectacular, no,  magnífico. Los ingredientes que vamos a utilizar son el conejo cortado a trozos pequeños, champiñones, cebolla, vino blanco, romero, pimienta y la mostaza que en esta ocasión,  y sin que sirva de precedente, es de las buenas (cualquiera vale). También usaremos un caldo de verduras, vale el de tetrabrick o incluso el de pastilla.


La nata que aparece en la foto se ha colado por error
Primero. Sofreir bien el conejo previamente sal-pimentado (espolvoreado de sal y pimienta). Mientras cortamos la cebolla en trozos pequeños y los champiñones a cuartos.



El aceite debe estar caliente
Como veis también hay dos alas de pollo (a un comensal
 el conejo no le va demasiado)

















Segundo. Hemos sofrito bien el conejo en dos tandas. Reservamos (apartamos hasta luego). En el mismo aceite sofreímos la cebolla y un poco después los champiñones. Mientras esto sucede habremos puesto el caldo a calentar (de tetrabrick o de pastilla, o del hecho por vosotros).


El caldo hirviendo
La cebolla cortada en trocitos pequeños





Cuando la cebolla ha cogido color se
añaden los champiñones

Se sofríe todo con el aceite de la carne

















Tercero. Una vez los champiñones se han cocinado añadiremos la mostaza. Un par de cucharadas son suficientes. Removemos y vertemos un buen chorro de vino blanco.


Aquí se puede observar el color de las verduras
antes de añadir la mostaza

Detalle de la mostaza, es lo
amarillo color "caca-bebé"
Cuarto. El alcohol que lleva el vino se habrá evaporado en un par de minutos. Es el momento de que la carne vuelva a la cazuela. Ahora también podéis añadir las hierbas, en este caso era romero (del de bote).


Como siempre, todo a ojímetro

Lo difícil ya ha pasado
Quinto. Removemos la carne con la salsa y añadimos el caldo. Unos veinte minutos con la cazuela tapada y ya tenemos un plato exquisito. 



Después de 20 minutos, más o menos, a vuestro gusto,
debe quedar algo así. A comer.

Si sois de los que no os gusta el conejo porque decís que os parece una rata grande, probad con pollo, la elaboración es idéntica. Atreveos, no perdáis un minuto más. Id a la cocina. El estómago lo agradecerá. 

Pd. Se aconseja tener una barra de pan al lado para mojar.

Hasta la próxima.

lunes, 15 de febrero de 2016

Confit de pato con patatas

No somos de dulces. Entre los postres más conocidos por todo el mundo no hay ninguno que sea típico español. Si no os lo creéis y tenéis la suerte de salir al extranjero haced la prueba. Mirad las cartas de los restaurantes y os encontraréis con el tiramisú, la panna cotta, los profiteroles, el coulant, las lionesas, los creps... pero ¿conocéis algún postre de aquí que sea exportable?. Ya podéis pensar que no lo vais a encontrar. Posiblemente demos más importancia a los platos-platos que a los postres, tal vez porque llegamos ya tan saciados al final de la comida que no nos cabe nada más. Además, no sólo no somos capaces de exportar nuestros dulces que ni tan siquiera podemos conocer los que se elaboran en el "pueblo de al lado". Un ejemplo, como si fuera un concurso de televisión. Adivinad de la siguiente lista cuál no es un postre o dulce:


- Picardías
- Fanfarrones
- Condenaos
- Goxua
- Pionono
- Paparajote
- Salao
- Bica
- Xuxo
- Perrunilla
- Frangollo 

Una pista. El paparajote es un postre, dulce, típico de Murcia que viene a ser como un bueñuelo que envuelve una hoja de limón. Eso sí, la hoja del limón no se come. Está muy bueno.




Bueno, como algunos habéis comentado que últimamente estamos preparando recetas demasiado elaboradas, hoy vamos a volver a nuestros orígenes: fácil, fácil incluso para los más novatos. Realmente la única dificultad está en abrir la lata del pato.

Ingredientes: Una lata de confit de pato (en esta ocasión era de cuatro unidades). Para el acompañamiento: patatas, tomates y cebollas.

Un par de patatas serán suficientes
Nunca faltan las cebollas y los tomates











Primero. Cortamos la patata fina y la colocamos en la plancha del horno sobre un papel de cocina al que habremos echado unas gotas de aceite. Sobre la patata, la cebolla y sobre ésta el tomate. Un buen chorro de aceite, un poco de sal y al horno.


La temperatura del horno, pues, más o menos a 190º. Si la patata está fina, en media hora estará todo hecho.







Segundo. Lo más difícil es abrir la lata del confit ya que no viene en "abre-fácil" por lo que tendréis que utilizar el abrelatas, si es que tenéis. Una vez abierto no os asustéis. Los muslos están entre esa bola de grasa.

Lo que hay a a la derecha de la lata es el abrelatas



También se vende en bolsas envasadas al vacío













Hay que separar la carne. Quitar toda la grasa que podáis y ponerla al horno. Se podrían colocar sobre las patatas, pero como sois novatos y es posiblemente la primera vez que lo preparéis (espero que no sea la última) es mejor que utilicéis otra bandeja, así se evita que las patatas se encharquen de grasa. En unos pocos minutos habrá cogido la temperatura y ya podéis servir con las verduras.


Aunque no lo parezca, hay cuatro muslos 
El confit de pato antes de entrar al horno
Las patatas acabadas de salir del horno











El resultado final: 


La ensalada es para darle frescura a la comida
Probad, como habéis visto es imposible que sea más fácil de preparar. Bueno sí, si vais a un restaurante o a casa de vuestras madres. Pero, ¿y la satisfacción de hacerlo vosotros mismos?.

Hasta la próxima. 

viernes, 12 de febrero de 2016

Mejillones para chupar hasta la concha

!No se puede ser más cutre¡ Aprovechando que faltan sólo dos días para San Valentín una de los canales de TV que anuncian productos de "teletienda" se ha descolgado con la oferta de una sartén para hacer huevos fritos con forma de corazón. El eslogan decía algo así: "Sorprenda a su pareja con una cena romántica". SIN PALABRAS. Imaginad la situación, vuestra pareja os dice que ha preparado una cena romántica, tú te sientas todo ilusionado a ve qué te han cocinado y... zasca: un huevo frito en forma de corazón. Posiblemente hasta sería motivo de divorcio. (Ojo, el huevo frito, también conocido como estrellado, es un auténtico manjar, pero hay ocasiones y ocasiones). Por favor, si sois de los que celebráis estas cosas, estiraros un poco, id a cenar o a comer por ahí. Luego si os ponen los cuarnos no os quejéis (es broma). Esta no es exactamente la foto de la sartén que anunciaban en la tele, pero era algo similar:


Esta es la versión de un huevo y al lado la de cuatro














La verdad es que la teletienda y la cocina nos ha ofrecido momentos gloriosos. ¿Quién no mientras hace zaping no se ha parado a ver esos anuncios de productos tan surrealistas?. La imaginación de los inventores no tiene límites. Para muestra uno de los últimos productos en anunciarse: los guantes pelapatatas. Pues sí se trata de unos guantes de goma que en las palmas tienen una especie de papel de lija. El mecanismo, que se anuncia sin pilas, consiste simplemente en frotar la patata bajo el grifo. Según el anunciante, en tan sólo 8 segundos la patata está ya pelada. Ah, y también vale para zanahorias y manzanas. ¡Qué chollazo!

¡Me lo quitan de las manos!

Bueno hoy vamos a preparar unos mejillones a la marinera. El mejillón, sólo al vapor con un poco de limón, pimienta en grano y una hoja de laurel ya está más que bueno, pero en esta ocasión vamos a innovar. Recetas de mejillones a la marinera encontraréis muchísimas en Google, pero esta es realmente sabrosa. Confirmado. 

Ingredientes: Como no: Para el sofrito la cebolla y el tomate. Para los mejillones; un poco de vino, laurel y pimienta en grano. La picaeta de ajo y perejil. En esta versión, básicamente se cocinan por separado el sofrito y los mejillones y al final se juntan.

Los ingredientes más fáciles de encontrar no puede ser
Primero. Ponemos a cocer los mejillones con un poco de limón (no estaba en la foto) unos granos de pimienta (tampoco estaban en la foto), una hoja de laurel (no la busquéis en la foto) y el vino blanco (sí que se ve). 

En esta ocasión los mejillones son gallegos

Segundo. Preparamos un sofrito de cebolla cortada pequeña, cuando esté pochada, añadimos el tomate. Dejamos unos minutos. Mientras ya se habrán abierto los mejillones. Es el momento de retirar un poco de caldo de los mejillones y ponerlo en el sofrito. Añadimos la picaeta de ajo y perejil y dejamos cocer unos minutos (no hay foto porque me he despistado viendo el fútbol. Cocinar y ver la televisión a la vez es un gran error).


Tercero y último. Ponemos los mejillones con una parte sólo de la concha sobre un plato o fuente ancha y volcamos la salsa, sofrito o como queráis llamarle por encima. 


El resultado es sencillamente espectacular

Seguro que laméis, chupáis, hasta las conchas (valvas). Probadlos es un plato muy sabroso y cómo habéis visto facilísimo de preparar. El único "problema" con el que os podéis encontrar los muy novatos es con el de limpiar los mejillones. A lo mejor ya también los venden limpios, miradlo.

Hasta la próxima.

lunes, 8 de febrero de 2016

Fideos secos con costilla de cerdo

¿Cuántos chinos hay en España? No chinos personas, si no restaurantes chinos. Ni el señor Google que es la persona que más sabe del mundo nos lo puede confirmar por lo que vamos a hacer una aproximación basándonos en dos datos: la población de España que vive en pueblos-ciudades de más de 10.000 habitantes, y una idea a ojo de que hay un restaurante chino por cada 10.000 personas (número basado en la información de las páginas dedicadas a publicitar restaurantes de varias poblaciones pequeñas). Así pues, si en España hay aproximadamente 37 millones de personas que viven en pueblos de más de 10.000 habitantes resulta que tenemos, a ojímetro, 3.700 restaurantes chinos y de estos ¿cuantos se llamarán la Gran Muralla?. Ojo, al dato: 3.700 restaurantes sirviendo todos los días rollitos de primavera, pan de gambas (¿dónde están las gambas?) y sopa de aleta de tiburón (ya no debería quedar ningún ejemplar en los mares).

Pues bien, por si os parecen pocos, ahora resulta que además se están quedando con los traspasos de multidud de bares de los de "toda la vida". Eso sí, aprenden rápidamente a preparar tortilla de patata, callos, tapas variadas, caracoles o lo que haga falta, y por qué no decirlo, tan buenos o malos, como los de siempre. Que el bar es un negocio muy sacrificado, (en algunos casos llega a rozar la esclavitud),  es algo que a nadie se le escapa, tal vez sea esa la razón por la que los chinos se los quedan haciendo bueno el dicho: es un trabajo de chinos. "Cocina para novatos" no tiene nada qué oponer, faltaría más, pero visualmente todavía nos llama la atención. Sí, somos un poco anticuados, para qué negarlo. Seguro que las próximas generaciones lo verán de lo más normal. Ah, se me olvidaba, ya se han comenzado a ver Kebacs y pizzerías italianas regentadas por chinos.  La pregunta es ¿queda alguien en China?

La receta que os proponemos hoy no la encontrareis en ningún restaruante chino. Fideos secos con costilla de cerdo. Un plato contundente. Sería prima segunda de una fideuá pero cambiando las gambas por la costilla. 

Ingredientes: Los que veis abajo: Costilla de cerdo troceada a tacos, fideos medianos, cebollas, pimiento verde, pimienta, sal, guisantes, laurel, tomate y cerveza.




La carne acabada de poner

Primero. En la olla exprés ponemos a sofreir la costilla previamente sal-pimentada, con una hoja de laurel y un diente de ajo. Cuando ya esté frita, vertemos una lata de cerveza (la lata no, sólo la cerveza). Esperamos que se evapore el alcohol (un par de minutos). Es el momento de poner más agua y tapar la olla exprés. Unos 15 ó 20 minutos al fuego para que la carne quede tierna, tierna y a la vez obtengamos el caldo que vamos a utilizar.



Con el agua antes de tapar

La carne ya sofrita
La cerveza, perdiendo el alcohol

Segundo. Cuando la olla exprés esté fría, destapamos, reservamos la costilla y colamos el caldo. Este caldo es con el que prepararemos los fideos. 

La carne ha quedado muy tierna
Parece que no, pero es contundente











Tercero. En la paella ponemos a sofreir la cebolla y el pimiento cortado a trocitos pequeños. Un rato y ya podemos echar la costilla, el tomate y los guisantes. De nuevo a sofreir todo junto.








Cuarto. Cuando esté todo "a punto" (lo veréis a simple vista) añadimos los fideos y les damos unos "meneos" para que cojan sabor y no se peguen. Unas vueltas y es el momento de poner el caldo.


La idea es que cojan una textura pero que no se peguen



El caldo acabado de echar
Cuando el caldo se haya consumido (también lo veréis enseguida), ya tenemos el plato:


Con unos minutos de reposo se acabará de consumir
 el caldo sin que el fideo quede pastoso

Ya sabéis, dificultad mínima y es un plato diferente que tiene su punto. En vez de caldo de costilla, podéis poner caldo de tetrabrick o del que tengáis por casa. 

Hasta la próxima.