¡Vaya decepción! Con
todas las letras D-E-C-E-P-C-I-O-N. “Cocina para novatos” llevó
a cabo hace unos días un trabajo de campo sobre los pinchos vascos
que no ha podido ofrecer un resultado más decepcionante. En
tres días, o sea, tres comidas y tres cenas en el País Vasco
moviéndose por zonas urbanas turísticas, hemos tenido oportunidad
de probar un gran número de pinchos pero la verdad es que este tipo
de comida no ha cumplido ni de lejos con las expectativas generadas.
Estamos seguros que habrá locales con unas barras surtidas y con
unos pinchos magníficos. SEGURO. No lo dudamos, pero lo que hemos
visto y probado por los centros históricos de las ciudades, por las
tascas y bares “normales” frecuentados por los visitantes y
turistas no deja de ser lo que en el resto de España se conoce toda
la vida como un montadito. Poca cantidad, poca originalidad y muy repetitivos, siendo
la relación calidad-precio abismal, sin hablar de las “cervecitas”
que parecían servidas en vasos de una casa de muñecas. Muy a
nuestro pesar nos dio la sensación de que llevábamos un cartel en
la espalda con luces de neón en el que ponía: “Soy turista, puede
timarme”. Y eso no, no y no.
No nos queda otro remedio que volver otra vez a ver si encontramos los locales que salen en la tele y en los libros de cocina. Cuando tanto se habla de ellos será porque realmente existen. "Cocina para novatos" no arroja la toalla. Ya os iremos informando.
Donde no hay trampa ni cartón es en la receta que hoy os proponemos: Conejo con salsa de mostaza. Espectacular, no, magnífico. Los ingredientes que vamos a utilizar son el conejo cortado a trozos pequeños, champiñones, cebolla, vino blanco, romero, pimienta y la mostaza que en esta ocasión, y sin que sirva de precedente, es de las buenas (cualquiera vale). También usaremos un caldo de verduras, vale el de tetrabrick o incluso el de pastilla.
Primero. Sofreir bien el conejo previamente sal-pimentado (espolvoreado de sal y pimienta). Mientras cortamos la cebolla en trozos pequeños y los champiñones a cuartos.
Segundo. Hemos sofrito bien el conejo en dos tandas. Reservamos (apartamos hasta luego). En el mismo aceite sofreímos la cebolla y un poco después los champiñones. Mientras esto sucede habremos puesto el caldo a calentar (de tetrabrick o de pastilla, o del hecho por vosotros).
Tercero. Una vez los champiñones se han cocinado añadiremos la mostaza. Un par de cucharadas son suficientes. Removemos y vertemos un buen chorro de vino blanco.
Cuarto. El alcohol que lleva el vino se habrá evaporado en un par de minutos. Es el momento de que la carne vuelva a la cazuela. Ahora también podéis añadir las hierbas, en este caso era romero (del de bote).
Quinto. Removemos la carne con la salsa y añadimos el caldo. Unos veinte minutos con la cazuela tapada y ya tenemos un plato exquisito.
Si sois de los que no os gusta el conejo porque decís que os parece una rata grande, probad con pollo, la elaboración es idéntica. Atreveos, no perdáis un minuto más. Id a la cocina. El estómago lo agradecerá.
Pd. Se aconseja tener una barra de pan al lado para mojar.
Hasta la próxima.
No nos queda otro remedio que volver otra vez a ver si encontramos los locales que salen en la tele y en los libros de cocina. Cuando tanto se habla de ellos será porque realmente existen. "Cocina para novatos" no arroja la toalla. Ya os iremos informando.
Donde no hay trampa ni cartón es en la receta que hoy os proponemos: Conejo con salsa de mostaza. Espectacular, no, magnífico. Los ingredientes que vamos a utilizar son el conejo cortado a trozos pequeños, champiñones, cebolla, vino blanco, romero, pimienta y la mostaza que en esta ocasión, y sin que sirva de precedente, es de las buenas (cualquiera vale). También usaremos un caldo de verduras, vale el de tetrabrick o incluso el de pastilla.
La nata que aparece en la foto se ha colado por error |
El aceite debe estar caliente |
Como veis también hay dos alas de pollo (a un comensal el conejo no le va demasiado) |
Segundo. Hemos sofrito bien el conejo en dos tandas. Reservamos (apartamos hasta luego). En el mismo aceite sofreímos la cebolla y un poco después los champiñones. Mientras esto sucede habremos puesto el caldo a calentar (de tetrabrick o de pastilla, o del hecho por vosotros).
El caldo hirviendo |
La cebolla cortada en trocitos pequeños |
Cuando la cebolla ha cogido color se añaden los champiñones |
Se sofríe todo con el aceite de la carne |
Tercero. Una vez los champiñones se han cocinado añadiremos la mostaza. Un par de cucharadas son suficientes. Removemos y vertemos un buen chorro de vino blanco.
Aquí se puede observar el color de las verduras antes de añadir la mostaza |
Detalle de la mostaza, es lo amarillo color "caca-bebé" |
Como siempre, todo a ojímetro |
Lo difícil ya ha pasado |
Después de 20 minutos, más o menos, a vuestro gusto, debe quedar algo así. A comer. |
Si sois de los que no os gusta el conejo porque decís que os parece una rata grande, probad con pollo, la elaboración es idéntica. Atreveos, no perdáis un minuto más. Id a la cocina. El estómago lo agradecerá.
Pd. Se aconseja tener una barra de pan al lado para mojar.
Hasta la próxima.
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