¡No confundamos a la gente! Resulta que ahora el brócoli es un súper-alimento. Ja, ja y ja. No vamos a discutir sus grandes cualidades si hablamos de cuidar la salud, bien como antioxidante, para evitar el colesterol, como aporte de vitaminas, fortalecedor de las defensas, etc, etc. Pero este no es un blog de medicina, es de comida y como comida, comida, pues que quieren que les diga, hay miles de productos más sabrosos, más placenteros para el paladar. Así que cuando se hable del brócoli como un súper-alimento, por favor, que se haga en términos nutricionales y de salud, y no en el campo de la restauración. Sólo un apunte, ¿cuántas de las recetas que podéis encontrar elaboradas con el brócoli, no se acompañan de otro ingrediente más sabroso para "camuflar" precisamente a esta col?. Esto no quiere decir que no debamos seguir consumiéndolo, pero que no nos engañen: la mayoría lo haremos porque es beneficioso para nuestro organismo, pese a que el paladar "sufra".
"Cocina para novatos" es de la opinión que con la multitud de investigadores y científicos que hay en todo el mundo algunos deberían ocuparse en "crear" el verdadero súper-alimento. Un producto que tuviera los beneficios de los alimentos más saludables para el organismo, no engordara sin importar la cantidad que se comiera y que tuviera un sabor y un aspecto agradable. Imaginad qué placer para una persona que le gustara mucho el sabor de las gambas y a la vez le encantara la textura de la piel del pollo a l'ast. ¡Qué no daría esta persona por un súper-producto con forma de plátano que una vez pelado tuviera el sabor de la gamba de Denia con la textura de la piel tostada y aceitosa del pollo asado. Y además sin engordar!. Cada uno que imagine su "guarrería".
Aprovechando que nuestro pescadero de confianza, el gran Pedro Adolfo, nos ha aconsejado la sepia sucia acabada de llegar de la lonja, vamos a preparar un arroz caldoso que "quita el hipo". Los ingredientes son el arroz, alcachofas, judías, guisantes, pimiento, cebolla, gambas (una por comensal, como siempre, así se evitan discusiones), caldo de pescado y un par de sepias.
Falta la cebolla y los guisantes |
A una gamba le falta la cola, pero da igual |
Espectacular. Producto de primera calidad |
Segundo. Es el momento de añadir la sepia y las judias verdes. Dejamos, con paciencia que se sofría todo antes de agregar el tomate rayado (en este caso, como siempre, de bote). Es el momento también de echar los guisantes. Mientras todo se sofríe, calentamos el caldo. Aproximadamente litro y medio para cuatro personas de buen comer.
El tiempo lo marcará la sepia |
La clave está en el sofrito |
No mentimos, el caldo es de tetrabrick |
Tercero. Llega el momento de echar el arroz. En esta ocasión hemos encontrado un paquete en el supermercado que indica que es ideal para arroces caldosos. Vamos a probarlo. Ponemos la cantidad que creamos adecuada según nos guste más o menos caldoso. Lo rehogamos todo con el sofrito del tomate, la verdura y la sepia. Añadimos colorante. Un par de meneos y añadimos el caldo caliente. Ahora, a dejar pasar el tiempo. No hay que precipitarse pero tampoco dormirse.
Que no se nos olvide poner las gambas cuando empiece a hervir |
Ya está no hay más secreto. Es una receta que ya conocemos de otras veces, cambiando la sepia y las gambas por el bogavante y los calamares, pero no nos cansamos de hacerla. Atreveos novatos, es un auténtico manjar. Hoy sí que nos hemos acordado de fotografiar el resultado final (no muy estético pero somos así)
Hasta la próxima.
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