domingo, 29 de noviembre de 2015

Napolitanas caseras

¡Qué peste hace la ropa! Acordaros, esta era la primera frase que solíamos articular un domingo por la mañana después de que la noche anterior hubiéramos ido a cenar y luego a tomar una copa (o dos, o tres, o...). Esto se acabó con la ley que prohibe fumar en los locales cerrados. ¡Cuánta polvareda levantó esta norma para acabar finalmente siendo una de las leyes mejor aceptadas por todo el mundo!. 

Esta prohibición tuvo consecuencias muy directas. La gran mayoría positivas, pero también alguna negativa. ¿Quién no ha pensado alguna vez que es mejor el olor a tabaco que la peste a fritanga de algunos locales? o ¿quién después de comer en un bar no tiene la sensación de que la ropa ha estado sumergida en aceite de freidora?. Pese a ello, y no nos desviemos del tema, las ventajas han sido muy superiores a los inconvenientes. Una vez más el sector de la hostelería ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos para no dejar "tirados" a los fumadores. En un primer momento la mayoría de locales "sacaron" una especie de mesitas a la puerta de los establecimientos, allí se juntaban los fumadores entre plato y plato.¡¿No pueden aguantar una comida entera sin salir a fumar?! Después ha llegado la "moda" de las terrazas prefabricadas que se instalan en medio de las calles. No en las aceras, ¡en la propia calle!.

Estas terrazas artificiales de gustos estéticos más que discutibles de las que ya hablaremos en otra ocasión, comenzaron siendo utilizadas para el aperitivo, el almuerzo, o para tomar una cervecita y poco más, pero ahora hasta los restaurantes las empiezan a instalar. Ante esta moda que "Cocina para novatos" desea que sea pasajera, la más absoluta OPOSICIÓN. No, no y no, y otra vez no. Señores, comer en un restaurante, debe ser algo más que engullir. ¿Qué gracia tiene comer un plato de paella junto a un contenedor de basura? ¿No os da asco comer una lasaña junto a un perro haciendo sus necesidades?, nunca habéis pensado lo cerca que estáis de los coches ¿y si no frenan a tiempo?; y qué me decís cuando el dueño del perro coge con la mano (con un plástico evidentemente) el excremento de su mascota y abre el contenedor y lo arroja dentro. Con estas escenas tan habituales que podéis presenciar desde las terrazas artificiales ¿no se os van las ganas de comer?. Comer en la calle, en una terraza bien acondicionada, en alguna ocasión puede ser hasta agradable, pero de ahí a hacerlo en un tablao de dos metros cuadrados junto a un semáforo, un perro, un contenedor, el humo de los coches... hay un trecho que "Cocina para novatos" no está dispuesta a recorrer.

Bueno, vamos a tranquilizarnos preparando un plato muy pero que muy sencillo. Vamos a cocinar varios tipos de napolitanas.

Los ingredientes serán una lámina de hojaldre, para las saladas: queso, sobrasada y jamón york; y para las dulces: chocolate o Nocilla.

Primero: Cortamos la lámina de hojaldre en cuatro partes. (Parece que esté hecho adrede, pero de una hoja, salen cuatro napolitanas perfectas). Comenzamos con las saladas: Pinchamos en la parte de la napolitana que irá bajo, ponemos sobrasada, queso y jamón de york.


A la de arriba le falta el queso y la de bajo de
 momento sólo tiene la sobrasada
Segundo: Doblamos una parte sobre la que contiene el relleno y sellamos de la mejor manera que podamos. Un huevo puede hacer de pegamento.

Con un tenedor o similar podéis precintar la napolitana








Tercero: Vamos con las dulces. Una de chocolate y otra de Nocilla; para probar a ver cuál os gusta más.

Una vez más comprobáis que en "Cocina para novatos"
el diseño y la técnica no es lo nuestro


















Cuarto: Las pintáis con el huevo que os ha sobrado del pegamento y al horno 20 minutos. El tiempo y la temperatura dependerá de la marca de hojaldre que uséis. En el paquete estará indicado. En la de chocolate, hemos espolvoreado por encima, antes de poner en el horno, unos pequeñitos trozos de chocolate.

Aún no están pintadas
El resultado final: 


Es o no es fácil de hacer
Hay que ir practicando para que salgan iguales, y no se abran. Pero el resultado merece la pena. Probad. Además admite cualquier relleno. 

Hasta la próxima. Eso sí, no será en una terraza prefabricada. Bueno Lola,  para una cervecita se acepta.

viernes, 27 de noviembre de 2015

Conejo con alioli

Otra moda impuesta. Ya está aquí, ha tardado pero ha llegado. Os estoy hablando del Black Friday. Para los que no lo sepáis su origen, como no, está en los Estados Unidos y se trata del día en que comienza oficialmente la campaña de Navidad. Los comercios impulsan unas grandes rebajas y la gente se vuelve loca comprando. Las imágenes de las colas y después de la gente pegándose por cualquier producto son lamentables. Si pasaba en USA lo veíamos como algo típico de ellos, pero ahora ya lo tenemos en casa. Ya se han encargado los grandes centros comerciales y las grandes compañías de informática y electrónica en que todos tengamos la necesidad de comprar. 

"Cocina para novatos" pasa del tema. Cada uno que se gaste su dinero como quiera, pero que no nos tomen por tontos, la mayoría de las super-rebajas son debidas a que días antes se habían subido los precios descaradamente. Si no os lo creéis comprobadlo vosotros mismos. Lo que a "Cocina para novatos" más le preocupa es el hecho de que se nos impone, sí impone, otra moda americana. Halloween ya ha desplazado totalmente al tradicional "Tot sants". Acordaros, hace pocas semanas en la mayoría de los colegios públicos ya se celebró esta fiesta. Eso sí, esos mismos modernos que celebran el Halloween y van con calabazas, diciendo truco o trato, son los "progres" que no quieren que se festeje la Navidad por si afecta a las otras religiones. Ya basta. 

El día antes del Black Friday se celebra en USA el Día de Acción de Gracias, que vaya usted a saber qué conmemora, pero a buen seguro que pronto también nos lo impondrán. Lo que sabemos de ese día es lo que vemos en las series, que toda la familia se reúne para cenar pavo. Es uno de las fiestas más importantes de todos los Estados Unidos; así que ya sabéis, dentro de unos años todo el mundo, a comer pavo. Precisamente ayer íbamos a presentar una receta de pavo, pero para que no se nos acusara de copiar, importar, fiestas, lo dejamos para otro día. Haremos conejo.

El conejo que vamos a preparar es muy básico. Un conejo troceado en cuatro partes que se ha tenido una noche macerando con vino y hierbas, que se hace al horno con patatas y cebollas. Poco antes del final se le pone alioli por encima y ya está. Como veréis, me parecía poca comida (los comensales somos de buen comer) por lo que he añadido unos trozos de costilla y una morcilla. Un día es un día.

Ingredientes: Un conejo, alioli, ajo, perejil, hierbas, vino blanco, patatas y cebollas. (Opcional pero muy recomendable: costilla y morcilla)

Primero. Hacemos una picaeta con el ajo, perejil y las hierbas; la mezclamos con un poco de vino blanco y la ponemos en el conejo. Dejamos "macerar" en la nevera una noche o más.


La picaeta le debe dar sabor a la carne
La carne a la nevera tapada con un papel film















Segundo. En un momento ha pasado un día. Bueno, mientras el horno coge la temperatura ideal, 180º, cortamos las patatas y la cebolla. Las colocamos en la bandeja con un buen           chorro de aceite (de oliva, no escatiméis).


Las patatas quedan mejor si no las cortáis muy gruesas
Tercero. Ponemos el conejo encima (en esta ocasión también la costilla) y al horno. En una hora, más o menos debe estar. Eso sí. Cada 15 minutos le damos la vuelta a la carne.























Cuarto. Cuando el conejo esté casi a punto, ponemos el alioli por encima. Es el momento de añadir también las morcillas (opcional. Pero hacedme caso).


El alioli era de bote, pero igual está bueno

Este es el resultado final y bajo una ración

Ya sabéis si los americanos quieren imponernos sus fiestas y tradiciones nosotros nos defenderemos con morcillas y alioli. Allí todavía no lo conocen.

Hasta la próxima

martes, 24 de noviembre de 2015

Súperlonganiza

Se pasan con el agua. Cuántas veces vais por la calle y entráis a un bar, una cafetería o a una heladería a comprar una botellita de agua. Pues bien, seguro que habitualmente os cuesta un euro. Ahora párate a pensar. Por una botella de 1/3 o de 1/2 litro pagas un euro y te parece de lo más normal. Eso quiere decir que un litro serían dos euros, no hace falta calculadora para saberlo. El debate que os planteo es ¿cómo es posible que sea mucho más cara que la gasolina?.

Está claro que la materia prima, el agua, es lo más barato, lo que encarece el producto final es el envasado, los controles sanitarios, el transporte, los impuestos y el margen de beneficio de todos los que han intervenido. Hasta ahí todo correcto. Pero, ¿es que la gasolina no paga impuestos, el petróleo no dicen que es tan caro, la transformación no es un proceso laborioso, las multinacionales son ahora ONG's y no buscan beneficio?. Entonces cómo es que la gasolina es más barata que el agua. No será que es un producto en el que los vendedores abusan con el precio. Y si ahora que habéis leído esto os quedáis pensativos, vamos más allá. Los que seáis habituales de la noche, ¿cuánto os clavan por una botella de agua en una discoteca o un pub?. Los que viajéis en avión, ¿cuánto pagáis por una botellita en un areopuerto?, o si ir tan lejos, en una máquina de bebidas de un hospital, de una estación, de un.... ¿No creeis que se pasan un poco?.  El mercado es libre, correcto, pero todo en su justa medida. Además me queda la sensación que todo el mundo se ha puesto de acuerdo para que la botella valga un euro, independientemente de si es de 1/3 ó de 1/2 litro. ¿También hay un lobby de vendedores de botellitas?

Bueno menos rollo y vamos a cocinar. Hoy prepararemos una longaniza de pueblo con salsa de cebolla. Fácil, no, lo siguiente. 

Los ingredientes son muy pocos: la longaniza fresca, cebollas (2 ó 3, a vuestro gusto), un par de ajos y un poco de pimienta. Para espesar la salsa pondremos un poco de Maicena y para darle sabor como no tenemos nada de caldo, añadiremos un cuarto de pastilla de caldo concentrado (opcional).


Esto y poco más

Primero. Poner el aceite a calentar y sofreir la longaniza.

Mirad como brilla el aceite de oliva



Mientra se frie la longaniza,
 cortamos la cebolla













Segundo. Lo más difícil de la receta es dar la vuelta a la longaniza sin que se "descontrole".


Una vez frita, la reservamos 


Prueba conseguida. Le dimos la vuelta
sin descomponer la forma














Tercero. En el mismo aceite sofreímos la cebolla a fuego lento. No hay prisa. Mientras preparamos una mezcla de agua con una cucharadita de Maicena y un trocito de pastilla de caldo concentrado.

Parece que haya mucha pero reduce bastante
Si tenéis caldo, mejor, pero la pastillita
 da buen resultado














Cuarto. Cuando la cebolla esté comenzando a dorarse, añadimos la longaniza y la mezcla líquida. Dejamos unos veinte minutos al fuego con la cazuela tapada y ya está.

Lástima que no podáis olerlo
Unos veinte minutos, pero cuidado de que no se queme

Ya está. Espectacular. 
Bueno, si en vuestro súper habitual no encontráis este tipo de longaniza usad la longaniza o salchicha fresca que encontréis, de todas maneras estará muy buena.

Como habéis visto es imposible hacerlo más fácil.

Hasta la próxima.

domingo, 22 de noviembre de 2015

Albóndigas con sepia

¡Comilona a la vista! Ya están aquí. Ya han llegado las tan temidas invitaciones a las comidas/cenas de Navidad. Por una parte apetece ir pero por otra estás pensando cómo te vas a poner. Todo el sacrificio de un año para tener un cuerpo más o menos saludable, echado a perder en unas horas. Pero qué se le va a hacer, es lo que hay. Eso sí, "Comida para novatos" va un paso por delante y ya os advierte que esos kilos de más que vamos a ganar no se van a perder con las dietas milagro.

Estos días estoy oyendo a mucha gente hablar de dietas que le van a hacer perder cinco o seis kilos, incluso hay personas que acaban de empezar la dieta para "llegar" a la Navidad "finos" y poder comer de todo a lo bestia. INCREÍBLE cómo funciona el cerebro de algunos. No caigas en la tentación de estas ditas milagro, ni antes ni después de las comilonas. Hay gente que comenta haber probado hasta 23 tipos de dieta milagro, y sí, al principio parece que les iba bien, pero luego... Hablan de la dieta de la alcachofa, de la dieta del limón (beber 8 vasos al día de zumo de limón con agua, acompañados de mucha verdura y carne blanca), de la dieta disociada (por ejemplo no mezclar lentejas con carne), de la dieta del espagueti (sólo comer pasta), del milagroso té verde (todos hablan maravillas, sobre todo el que lo vende), de la dieta consistente en no desayunar y bañarse con agua fría (suena a tortura), de la dieta en la que sólo puedes comer helados de todos los sabores y a todas horas (sin palabras), de la dieta del arroz integral, pero la más absurda de todas, la campeona de las dietas milagros es: Hinchar globos. Señores, aunque los globos los vendan en farmacias y por ello valgan un pastón, no cometáis ese error. Realmente alguien cree que hinchando globos una hora al día va a perder peso. Lo único que vais a perder es la autoestima.

"Comida para todos" va a daros una gran primicia mundial. La única comida que no engorda es..... la que se queda en el plato. Esta es la única y triste realidad. El problema está para los que nos gusta comer de todo como por ejemplo, las albóndigas con sepia que ahora pasamos a comentar.

Esta es una receta muy fácil, pero requiere algo más de elaboración que el resto de las que hemos visto. Vamos a ir paso a paso y veréis como no hay ningún problema. Básicamente hay dos fases de elaboración, primero las albóndigas y después la salsa. 

Primero. Los ingredientes que vamos a utilizar para preparar las albóndigas son la carne picada  (en este caso mezclaremos 200 gramos de cerdo y 200 gramos de ternera), ajo, perejil, un huevo, taquitos de jamón y molla de pan mojada con leche. Para que os hagáis una idea, con estas cantidades nos salieron 19 albóndigas.

En un vaso ponemos el pan con la leche
Preparamos una picaeta de perejil
y ajo (a vuestro gusto)














Segundo. Una vez tenemos el pan bien empapado de leche y la picada de ajo y perejil hecha, lo mezclamos en un bol con la carne y un huevo. Ahora dependerá de vuestra maña para dar forma a las albóndigas. En este momento adquirirán sentido todas las horas que pasasteis en el colegio modelando plastilina. Vuestra maestra sabía que algún día ibais a tener que cocinar albóndigas y os preparó para la vida. 


Con las manos limpias (si están sucias nadie se enterará, pero sed limpios)
 comenzáis a preparar las "bolas"

Tercero. Antes de freir las pasamos por harina. Al fuego y reservar.




Quedan algo como estas. Las reservamos

Cuarto. Ahora comenzaremos a preparar la salsa de verduras y sepia. Los ingredientes: una sepia, pimiento rojo y verde, cebolla, una alcachofa, guisantes, tomate, vino blanco y orégano. Lo primero es cortar la cebolla y los pimientos en trocitos pequeños y ponerlos a sofreir en la cazuela.


En la foto no sale la alcachofa, pero luego, la veréis
Las verduras cortadas en trozos pequeños
y a sofreir a fuego lento




















Quinto. Pasados unos minutos añadiremos la sepia y la alcachofa. Unos meneos y añadimos el tomate y los guisantes.


Ahora ya podéis ver la alcachofa

Sólo faltan los guisantes.
Sexto. Cuando ya esté toda la verdura en la cazuela, le hemos echado un buen chorro de vino blanco. Pasados unos minutos cuando el alcohol ya se ha evaporado es el momento de añadir las albóndigas, tapar la cazuela y dejar al fuego de unos 15 a 20 minutos. Y ya está.


Esperamos a que el alcohol se evapore

Tapamos la cazuela y ya no hay más trabajo
Aunque la foto no es muy buena podéis haceros una idea de cómo queda:



Parece que tiene mucho trabajo, pero en realidad se hace rápido y como habéis visto, no es nada complicado. Atreveros, dad el paso, salid del armario y decid a todo el mundo: yo a veces cocino.

Hasta la próxima.

jueves, 19 de noviembre de 2015

Improvisando con los macarrones

Empacho visual. Aún no he comido ningún polvorón ni ningún trozo de turrón pero ya tengo la sensación de estar lleno. En los supermercados y en las grandes superficies llevan semanas expuestos a la vista de todos, amontonados en estanterías especiales bien visibles. Imposible huir de ellos. Kilos y kilos de polvorones que se venden a peso, torres inmensas construidas con pastillas de turrón, cientos de cajas de figuritas absurdas de mazapanes, unos pasteles italianos como bizcocho gigantes, estanterías con calendarios/armaritos... Y como no, propaganda por todas partes en la que se nos recuerda que podemos encargar los pavos, los capones, las perdices y otras aves que parece que sólo se pueden comer en Navidad, el resto de año se ve que viven para ser engordadas. 

Aún no había llegado Halloweenn y ya estaban anunciando la Navidad. ¿Aún vamos en manga corta y ya tenemos que pensar qué vamos a cenar en Nochebuena?. ¿No nos estaremos precipitando un poco?. Cada cosa a su tiempo.

Son muchos los que dicen, a mí ahora es cuando más me apetece el turrón. RESISTE amigo. Es la única forma de que en fiestas de Navidad no estés ya pensando en el verano. Si aguantas hasta mediados de diciembre, todos estos dulces te sabrán mucho mejor.  Mantente firme, por lo menos hasta que "lleguen" los villancicos. En eso todavía los centros comerciales se están comportando.

Mañana es viernes, y los viernes toca pasta. ¿Por qué? Pues no lo sé, pero "Cocina para novatos" es así, y punto. Hoy no tenemos nada preparado, vamos a improvisar. Abrimos la nevera a ver qué encontramos. Ya está: Prepararemos macarrones con espinacas. Receta improvisada.

Ingredientes que hemos encontrado: Los macarrones, cebolla, un trozo de jamón, ajo y unas espinacas que llevaban en el frigorífico varios días a las que había que darles "salida".


De cebolla sólo usaremos 1/4

Primero: Cortamos la cebolla, el ajo y el jamón en trocitos pequeños. Ponemos a sobreir primero la cebolla y el ajo y cuando ya esté medio hecha (me resisto a decir pochada) se pone el jamón.














El jamón enriquece todos los platos


Segundo: Ahora se trata de ir poniendo las espinacas. En este caso, como siempre, son de bolsa y, en teoría, ya vienen limpios y cortados. O sea, que sólo tendremos que ir echándolos poco a poco, no todos de una vez, y cuando reduzcan poner unos pocos más. Así en uno o dos minutos ya habrán menguado una barbaridad.


Antes

Después

Tercero: Emplatar: A la vez que estábamos sofriendo todos los ingredientes, en una olla hemos hecho la pasta. Sólo se trata de mezclar los macarrones con las espinacas. Antes de servir añadiremos el queso rallado. Tampoco le irían mal unos piñones o unas pipas. Atreveos.



Unos son naturales y otros integrales

Como se trata de una comida preparada para el día siguiente, y nunca antes la habíamos preparado,  no os puedo decir cómo estarán. Otro día os cuento.

Hasta la próxima


martes, 17 de noviembre de 2015

Alubias con almejas

¡Ponen tapa! Seguro que a los que vivís en Andalucía cuando vais hacia el norte lo primero que os llama la atención es que en los bares no ponen tapa. Así es señores. No se sabe cuál es el motivo o si hay una razón histórica, pero una vez pasas Puerto Lumbreras ya es casi imposible encontrar un bar en el que, sin pedirla ni pagarla, te sirvan una tapa. ¿Por qué? ¿Los bares andaluces pagan menos impuestos? ¿Hay realmente más cultura de bar? ¿No piensan en hacerse ricos en cuatro días?

Faltan estudios serios al respecto. "Cocina para novatos" ha de reconocer que ni siquiera tiene una teoría. Sólo puede afirmar que en cualquier lugar, el bar, local, que sirviera una tapa en condiciones cuando pides una cervecita, arrasaría. Todos los que hemos viajado a Andalucía y sobre todo a los pueblos de interior, hemos "alucinado" con el hecho de que con tres cañitas cenas. Tapas de magro con tomate, pescaíto, oreja, sangre, tortilla... es alucinante. ¿Por qué esto no se puede repetir en otros lugares?. Misterio sin resolver. Quien tenga alguna teoría que nos la haga llegar.

Mientras le damos vueltas al tema vamos a preparar unas alubias con almejas que quitan el hipo. Los ingredientes son los de siempre: cebolla, pimiento verde, vino blanco, ajo, perejil, tomate, bote de alubias y almejas (también se puede hacer con chirlas; con berberechos no creo que salieran muy buenos pero si queréis probar, vosotros mismos).

Primero: Vamos a limpiar las almejas (se trata de quitar toda la arena). En internet hay muchas versiones de cómo hacerlo. La que nosotros hacemos y da buen resultado es la siguiente: Las dejamos un rato en agua fía y sal en la nevera. Luego les damos unos fuertes meneos  bajo el grifo. Ahora ya podemos cocinarlas. Las ponemos con un poco de agua y que se abran. Una vez abiertas las separamos de las conchas y reservamos por un lado el caldito y por otro la molla de las almejas. Las conchas ya podéis tirarlas.








Segundo: Cortamos la cebolla y el pimiento verde en trocitos pequeños. Ponemos a sofreir, siguiendo el orden habitual: cebolla y luego el pimiento. A ojímetro, pero sin que se queme.

Se parecen, pero no son los del otro día
El cuchillo es para comparar el
tamaño de los trocitos










Tercero:  Ahora viene lo más novedoso. Ponemos el caldito de las almejas en un bol para batidora, añadimos perejil, ajo (poco) y unas pocas alubias (para que la mezcla quede espesita). Batimos.

Es la primera vez que usamos la batidora


Cuarto: Al sofrito de cebolla y pimiento le añadimos un chorrito de vino blanco. El que encontréis por casa. Cuando ya se haya consumido el alcohol, podéis poner el tomate. 


Un par de minutos y el alcohol
 ha desaparecido.


Quinto: Una vez el tomate ha sofrito un poco, echamos las alubias y la picada. Que cueza todo durante unos minutos (de 10 a 15) y justo al final ponéis las almejas. Un meneo, y ya está.



Las alubias son de bote, como
 habéis visto


La picaeta es lo que le da el verdadero sabor

Si habéis seguido los pasos que os hemos indicado, deberá haberos quedado una cosa así. Como siempre, de un día para otro también aguanta muy bien. 

Lástima que no podáis olerlo
Bueno hasta la próxima. Id averiguando por qué sólo ponen tapa en el sur. Ojo, los cacahuetes y las patatas blandas de bolsa no cuenta como tapa.