Sólo me falta un cromo. Pones la televisión y te encuentras con un programa de cotilleos o con uno de cocina, parece que todas las cadenas se han puesto de acuerdo para repetir/copiar los mismos tipos de programas. Antes, y no os hagáis los intelectuales, nadie conocía el nombre de ningún cocinero. NADIE. Pero desde la irrupción de Karlos Arguiñano esto se ha "desmadrado". Ahora ya no sólo se conforman con los programas de cocina, ¡que va!, ahora todas las cadenas tienen concursos de cocina, y no sólo de adultos (perdón, de mayores de 18 años) sino que también están las versiones infantiles. Impresionante.
Cualquiera de los que pasáis unas horas frente al televisor seguro que os suenan estos nombres: David Muñoz, José Andrés, Sergio Fernández, Chicote, Pedro Subijama, Jordi Cruz, Paco Torreblanca, Pepe Rodríguez, Los Torres, los Roca, Robin Food, Sergi Arola, Arguiñano, Juan Mari Arzak, Martín Berasategui y como no, Ferran Adriá. Y lo más alucinante, hay gente que llega a discutir si el Celler de Can Roca es mejor que el Noma. ¡QUE ATREVIDOS! si nunca habéis ido, y posiblemente nunca lo haréis.
Si esta locura por los cocineros sigue así no me extrañaría que dentro de pocos días pudiéramos ver una colección de cromos de cocineros. Imaginaros a los niños en el patio:
-Te cambio a la hermana de Arguiñano por el de Chicote chillando al dueño del bar del Rocío.
-No que ese ya lo tengo, a mí sólo me falta el de Pepe dando las campanadas y el de Ferran Adríá bailando sevillanas.
-Creo que esos nunca salen.
Pues bien, hoy vamos a preparar un plato que no tiene ningún secreto, que es muy difícil que os salga malo y que se hace en un plis plas (muy poco tiempo), digno de cualquier programa de televisión: De arroces al horno hay miles de recetas y ninguna es mejor que otra. Si está bien hecho seguro que estará bueno. Un ejemplo:
Los ingredientes a utilizar, como siempre, muy fáciles de encontrar en cualquier tienda o súper: Arroz, caldo de verdura, ajos, tomate, bote pequeño de garbanzos, pimentón, morcillas de cebolla, costilla de cerdo y panceta fresca. Aunque veáis la panceta el resultado final no es nada grasiento
Primero: En la cazuela, que luego irá al horno, ponemos a sofreir los ajos, la costilla y la panceta cortada a trozos. Mientras ponemos el caldo a hervir y el horno a calentar a unos 200 grados centígrados (392 grados Farenheit, para los que nos seguís desde lejos de Europa).
Segundo: También sofreiremos un poco de pimentón, ponemos los garbanzos (escurridos), damos un par de "meneos" y ponemos el arroz, el tomate cortado y las morcillas.
Tercero: Así estará antes de echar el caldo, más o menos un litro. Para darle algo de color poned colorante alimentario. Si tenéis azafrán del bueno mejor, pero va a ser que no.
Cuarto: Al horno sin esperar nada más. Unos treinta minutos a 200 grados y ya se puede comer.
Ya lo habéis visto. Más fácil y más rápido imposible. Para el poco trabajo que da, el resultado es magnífico. Probadlo y ya me contáis. Para los amigos del tupper, decirles que también aguanta de categoría de un día para otro.
Hasta la próxima.
Si esta locura por los cocineros sigue así no me extrañaría que dentro de pocos días pudiéramos ver una colección de cromos de cocineros. Imaginaros a los niños en el patio:
-Te cambio a la hermana de Arguiñano por el de Chicote chillando al dueño del bar del Rocío.
-No que ese ya lo tengo, a mí sólo me falta el de Pepe dando las campanadas y el de Ferran Adríá bailando sevillanas.
-Creo que esos nunca salen.
Pues bien, hoy vamos a preparar un plato que no tiene ningún secreto, que es muy difícil que os salga malo y que se hace en un plis plas (muy poco tiempo), digno de cualquier programa de televisión: De arroces al horno hay miles de recetas y ninguna es mejor que otra. Si está bien hecho seguro que estará bueno. Un ejemplo:
Los ingredientes a utilizar, como siempre, muy fáciles de encontrar en cualquier tienda o súper: Arroz, caldo de verdura, ajos, tomate, bote pequeño de garbanzos, pimentón, morcillas de cebolla, costilla de cerdo y panceta fresca. Aunque veáis la panceta el resultado final no es nada grasiento
También se puede utilizar caldo de pollo |
Primero: En la cazuela, que luego irá al horno, ponemos a sofreir los ajos, la costilla y la panceta cortada a trozos. Mientras ponemos el caldo a hervir y el horno a calentar a unos 200 grados centígrados (392 grados Farenheit, para los que nos seguís desde lejos de Europa).
La panceta, que gran invento |
Segundo: También sofreiremos un poco de pimentón, ponemos los garbanzos (escurridos), damos un par de "meneos" y ponemos el arroz, el tomate cortado y las morcillas.
No tiene que estar muy hecho |
Tercero: Así estará antes de echar el caldo, más o menos un litro. Para darle algo de color poned colorante alimentario. Si tenéis azafrán del bueno mejor, pero va a ser que no.
El caldo de carne le daría demasiado sabor |
Cuarto: Al horno sin esperar nada más. Unos treinta minutos a 200 grados y ya se puede comer.
Espectacular. No sobró nada. |
Ya lo habéis visto. Más fácil y más rápido imposible. Para el poco trabajo que da, el resultado es magnífico. Probadlo y ya me contáis. Para los amigos del tupper, decirles que también aguanta de categoría de un día para otro.
Hasta la próxima.
No hay comentarios:
Publicar un comentario